lunes, 28 de febrero de 2011

Atrapando la antimateria

Hace más de ochenta años, el físico inglés Paul Dirac predijo la existencia de algo que parecía más propio de la ciencia-ficción: la antimateria, es decir, partículas con las mismas propiedades que la materia que nos rodea, pero con carga eléctrica opuesta. Aunque su nombre sigue estimulando nuestra imaginación, la antimateria no tiene nada de fantástico. Los físicos conviven a diario con ella en los aceleradores de partículas, donde crear antimateria –y destruirla- se ha convertido en algo rutinario.

Pero hay que admitir que la antimateria es muy esquiva. En los experimentos, los científicos apenas consiguen ver trazas de antimateria durante una breve fracción de segundo antes de que desaparezca. Encontrar un método para “atrapar” antimateria y almacenarla está actualmente en el punto de mira de muchos grupos de investigación del mundo. Sería el primer paso hacia un objetivo más ambicioso: conocer su comportamiento y descubrir si existe alguna diferencia con la materia ordinaria.

La ecuación de Dirac
En la década de 1920, los físicos no conseguían describir con exactitud el comportamiento de los electrones en el interior del átomo. El problema era que las ecuaciones de la mecánica cuántica, que se encargaba de los fenómenos a escala subatómica, se basaban en la vieja mecánica de Newton. Ésta era muy útil para sistemas en los que las velocidades son mucho más pequeñas que la de la luz, como ocurre en nuestra vida cotidiana. Pero no servía en el caso de las partículas subatómicas, como el electrón, que viajaban a grandes velocidades. Entonces había que acudir a la teoría especial de la relatividad de Einstein, que explicaba lo que sucedía cuando los cuerpos se movían a velocidades cercanas a las de la luz.

Al comprender la existencia de la
antimateria, Dirac dijo de su ecuación
que era "más lista que él".
En 1928, Paul Dirac logró combinar la relatividad y la cuántica, obteniendo una ecuación que describía con precisión el electrón. Pero había algo más: la ecuación de Dirac predecía1 también la existencia de una partícula con las mismas propiedades que el electrón, pero con carga positiva. En 1932, el científico estadounidense Carl Anderson comprobó la existencia de la antipartícula del electrón, el llamado positrón, en los rayos cósmicos –radiación y partículas que provienen de lo más profundo del Universo. Y de la misma manera que existía una antipartícula para el electrón, debería existir también para el resto de partículas conocidas. Esas antipartículas podrían formar lo que se llamaría antimateria, igual que las partículas ordinarias componen la materia que nos rodea.

El origen de la antimateria
Para entender de dónde surgió la antimateria, debemos retroceder 13.700 millones de años, cuando toda la energía del Universo estaba concentrada en un único punto minúsculo. Entonces se produjo lo que hoy se llama Big Bang (o Gran Explosión), una catastrófica explosión que inició la expansión del Universo. A medida que crecía, el Universo se fue enfriando y parte de esa energía comenzó a transformarse en materia y antimateria.

Cuando una partícula se encuentra con su antipartícula, ambas se aniquilan y se transforman en energía. Si la Gran Explosión hubiera sido absolutamente simétrica, se habrían generado el mismo número de partículas y antipartículas, que luego se habrían destruido formando más energía, y así hasta acabar con toda la materia y antimateria. Lo repito, para que quede claro: toda la materia y antimateria del Universo se debería haber destruido mutuamente. Si estás leyendo estas líneas significa que eso no ocurrió así. Por algún motivo que se desconoce, el equilibrio entre materia y antimateria se decantó a favor de la materia. Se calcula que por cada mil millones de antipartículas se formaron mil millones más una partículas. Así que por cada mil millones de pares partícula-antipartícula que se aniquilaron, quedó una solitaria partícula sin pareja de baile. Puede parecer insignificante, pero ahí empezó el mundo tal y como lo conocemos hoy: estas partículas fueron las que luego se unieron para formar los primeros átomos, estrellas y galaxias.

Un átomo de hidrógeno y su  correspondiente 
antiátomo, en el que se cambian las
 partículas por antipartículas.
Los científicos sospechan que la causa de este desequilibrio entre materia y antimateria es que ambas se comportan de distinta manera. Es decir, las leyes físicas para una y para otra no son exactamente las mismas. Una forma de comprobarlo sería considerar el átomo más sencillo y abundante del Universo, que es el hidrógeno -un electrón, de carga negativa, dando vueltas alrededor de un protón, de carga positiva-, estudiar el comportamiento de su antiátomo correspondiente, que es el antihidrógeno, y comparar ambos.

Trampas para antimateria
En los últimos quince años los científicos2,3 han perfeccionado las técnicas para crear átomos de antihidrógeno. Básicamente, lo que hacen es producir por separado positrones –los emiten de forma natural diversas sustancias radiactivas- y antiprotones -se generan en los aceleradores de partículas-, y luego los enfrian mediante diversas técnicas. Al enfriarlos, las antipartículas se frenan, y entonces pueden mezclarse en las llamadas trampas de Penning. Estas trampas son recipientes donde se crean campos electromagnéticos en su interior que impiden que las antipartículas entren en contacto con la materia ordinaria y se destruyan. Antes de usarse se extrae por bombeo todo el aire del núcleo de la trampa para que no quede ni un solo átomo de aire. Estas trampas son tan efectivas que pueden almacenar millones de antipartículas durante meses.

Una trampa de Penning
(Cortesía de GSI Helmhotzzentrum
für Schwerionenforschung GmbH
)
El almacenamiento del antihidrógeno, sin embargo, es otra historia. Cuando un positrón y un antiprotón se combinan para formar un átomo de antihidrógeno, la carga de uno compensa a la del otro y, como ocurre con el átomo de hidrógeno cotidiano, su carga eléctrica total es cero. Al ser eléctricamente neutro, el preciado átomo de antihidrógeno ya no se ve afectado por el campo del interior de la botella y se escapa a toda velocidad de la trampa, perdiéndose para siempre.

¿Cómo se puede remediar esta situación? Aunque el átomo de antihidrógeno no tiene carga eléctrica neta, sí es sensible a un campo magnético puro. Esto se debe a una propiedad de las partículas subatómicas que se llama espín. Aprovechándose de esto, los científicos han diseñado un complejo campo magnético en el interior de la trampa para capturar los átomos de antihidrógeno que intentan escapar. 

En definitiva, primero se producen las antipartículas. Luego se enfrían y se frenan. A continuación se atrapan mediante un campo electromagnético y se les "invita" a que formen átomos de antihidrógeno. Ya por último, los átomos de antihidrógeno que se han creado, y que el campo electromagnético no puede retener, son atrapados por un campo magnético, mientras el resto de antipartículas escapan de la trampa.

¡Atrapados!
Todo esto puede parecer muy complicado…y ciertamente lo es. Hasta hace pocos meses no se había logrado capturar un solo átomo de antihidrógeno. Finalmente, el 18 de noviembre de 2010 los científicos4 del proyecto ALPHA del CERN anunciaron que habían conseguido atrapar por primera vez 38 átomos de antihidrógeno durante apenas dos décimas de segundo. Y para ello tuvieron que generar 10 millones de antiprotones y 700 millones de positrones. Fue un logro histórico, calificado por la revista Physics World como el avance más importante del 2010.

Vista del laboratorio del proyecto ALPHA
(Cortesía de Maximilien Brice/CERN)
Esto no ha hecho más que empezar. El siguiente paso será capturar una mayor cantidad de átomos de antihidrógeno durante más tiempo para que se puedan estudiar en detalle sus propiedades. En principio se deberían comportar igual que los átomos de hidrógeno, pero nadie ha podido comprobarlo hasta ahora. Si se encontrase alguna diferencia entre materia y antimateria, nos ayudaría a entender lo que ocurrió poco después de la Gran Explosión. Puede que la antimateria guarde el secreto de la evolución del Universo.

Y, por último, una aclaración. Es verdad que cuando la antimateria entra en contacto con la materia se genera una gran cantidad de energía. Pero como la antimateria que existe en el Universo es muy escasa, antes tenemos que fabricarla. Y resulta que éste es un proceso poco eficiente: necesitamos aportar más energía para crearla, de la que obtenemos después cuando se aniquila. Por lo tanto, la antimateria no es una fuente de energía útil. Y aunque estuviésemos dispuestos a intentarlo, tendríamos otro problema. Al ritmo actual de producción necesitaríamos miles de millones de años para reunir apenas un gramo de antihidrógeno. Parece casi imposible que en el futuro vaya a existir un motor de antimateria como el que propulsa la nave espacial Enterprise de Star Treck. Y por los mismos argumentos, resulta igual de difícil que se pueda construir la bomba de antimateria que describe Dan Brown en su libro Ángeles y Demonios. Quizás en otro Universo en el que abunde la antimateria. Pero no en el nuestro.


Referencias:

  1. P.A.M. Dirac, Quantised singularities in the electromagnetic field. Proc. R. Soc. Lond. A 133, 60-72 (1931).
  2. G. Baur et al., Production of Antihydrogen, Physics Letters B 368, 251 (1996).
  3. M. Amoretti et al., Production and detection of cold antihydrogen atoms, Nature 419, 456-459 (3 de octubre de 2002).
  4. G. B. Andresen, et al., Trapped antihydrogen, Nature 468, 673–676 (2 de diciembre de 2010).
Imágenes:
Todas las imágenes son de dominio público, salvo donde se indique lo contrario.

13 comentarios:

  1. Jope, qué interesante. Me lo he leído de un tirón.

    Si un día no se te ocurre de qué hablar, a mí siempre me ha intrigado mucho la teoría de las cuerdas. Me encantaría saber qué se cuece ahí :-)

    ResponderEliminar
  2. ¡Me lo apunto! Mientras tanto, te he mandado un correo...

    ResponderEliminar
  3. ya te has ido a un punto dificil Diana!!! Daniii, me ha gustado la entrada, igual podrias haber puesto una imagen de una "medida" de positrones, pero no es tan importante.

    ResponderEliminar
  4. Daniel, no creo que se pueda resumir mejor.
    Seguro que cuando se conozcan las leyes físicas de la antimateria nos depararán más de una sorpresa.
    Lo que no entiendo es como puede haber aún antimateria en el Universo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. ¿Y qué pasó con toda la energía originada de la aniquilación de materia y antimateria original; es parte de la radiación cósmica de fondo; alguien ha hecho un balance de energía?

    ResponderEliminar
  6. Oye Daniel? has planteado un tema muy interesante.pero una pregunta : la manipulacion de pequeñas particulas de materia a traves del acelerador de particulas,puede consseguir innovaciones? a saber: se puede encontrar otra forma de energia alternativa a los hidrocarburos a traves de la fision.Podria EL HOMBRE a traves de estos experimentos la capacidad de alcanzar la velocidad de la luz y por ende poder viajar en el tiempo hacia adelante y hacia atras?
    ¿Yno crees que ya estan en ello tanto judios como norteamericanos?

    GRACIAS MAESTRO

    ResponderEliminar
  7. Carmen: explícame eso de la "medida" de positrones que me he quedado pillado.

    Tony: Las antipartículas, junto con sus correspondientes partículas, se pueden generar a partir de una cantidad suficiente de energía (recuerda la equivalencia masa-energía: la masa se puede convertir en energía, pero también la energía se puede convertir en masa). Eso es lo que se hace en los aceleradores de partículas. Y los positrones de los rayos cósmicos se generan a partir de grandes cantidades de energía que emiten, por ejemplo, las estrellas de neutrones. Ahora mismo no hay pruebas de que haya ninguna fuente de antimateria en el Universo, lo que hay es energía que se transforma en materia y antimateria.

    Gonzalo: Sí es parte de la radiación cósmica de fondo, lo que ocurre es que el equilibrio entre la materia y antimateria se rompió cuando no habían pasado ni una millonésima de segundo de la Gran Explosión. La radiación cósmica de fondo se generó mucho más tarde, al cabo de unos 300.000 años, cuando la materia y la radiación se desacoplaron. Para un análisis más detallado te recomiendo "Los tres primeros minutos del Universo" de Steven Weinberg. Estoy seguro de que te encantará.

    ResponderEliminar
  8. eva lopez antolin2 de marzo de 2011, 13:03

    joer...me pierdo!! rayos cósmicos, antimateria, big-bang...aunque creo haberlo entendido bien, me cuesta abstraerme a cifras como millones a años luz,700 millones de positrones...¿cuánto ocupa eso? jejeje, qué difícil e interesante a la vez
    Felicidades, Dami!!

    ResponderEliminar
  9. Anónimo/Manolo: Creo que te refieres a la fusión, no a la fisión, que muchos consideran la fuente de energía del futuro, aunque todavía está por ver. Lo que sí te puedo decir que no tiene nada que ver con aceleradores de partículas. A ver si un día me animo y hablamos del asunto. En cuanto a tus amigos los estadounidenses y judíos, no tengo ni idea. Lo que es seguro es que en el sur de Francia se está construyendo el ITER, un tremendo complejo científico dedicado a la fusión y que se espera que empiece a funcionar dentro de varios años.
    Y de los viajes en el tiempo soy bastante escéptico. Si en el futuro se pudiese viajar al pasado, ya nos habrían visitado, ¿no?

    Eva: No sé cuanto ocupan 700 millones de positrones, pero sí te puedo decir cuánto pesan:
    0,0000000000000000000006 gramos!! Para que veas lo engañosos que son los números grandes

    ResponderEliminar
  10. Me ha parecido un artículo muy interesante.Solo tengo una pregunta...¿Qué hubiera pasado si hubiese 'ganado' la anti materia? ¿Todo sería como lo conocemos?

    ResponderEliminar
  11. A priori, un Universo de antimateria debería ser idéntico a un Universo de materia como el que conocemos, sólo que cambiando el signo de las cargas de las partículas. Eso no tendría consecuencias para nosotros.
    Lo que ocurre es que debe haber alguna diferencia entre ambas, pues entonces no se habría roto el equilibrio entre materia y antimateria. ¿Cuál es la diferencia? Eso es lo que van a poder investigar los científicos al atrapar la antimateria.
    Cuando sepamos con exactitud cómo se comporta, podremos imaginarnos cómo sería un Universo de antimateria.

    ResponderEliminar
  12. ¡Y gracias por el comentario, Vero! La pregunta es muy buena, :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias!
      La verdad es que, al leer el artículo se me ocurrió esa duda... y la gente me daba opiniones muy diversas al respecto.Me parece un tema muy interesante, muchas gracias a ti por tu respuesta. :)

      Eliminar