Mostrando entradas con la etiqueta cometa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cometa. Mostrar todas las entradas

sábado, 8 de noviembre de 2014

Preparándose para aterrizar en un cometa


Si todo va bien, el módulo Philae de la sonda Rosetta aterrizará sobre el cometa 67P/Churyumov-Geramisenko el próximo miércoles, 12 de noviembre, a las 15:30 UTC. ¡Qué nervios!

Los detalles sobre la complicada maniobra de aterrizaje puedes encontrarlos en este otro vídeo (en inglés):


Más información sobre la misión Rosetta en esta otra entrada.



lunes, 22 de septiembre de 2014

Rosetta, la exploradora de cometas

(Esta entrada se publicó primero en el número 16 de la revista Buk Magazín, que puedes leer online.)
'Selfie' de Rosetta con el cometa al fondo (ESA/Rosetta/Philae/CIVA)

Sin duda, es uno de los acontecimientos científicos del año. Después de una década de viaje y más de 6.400 millones de kilómetros recorridos por el espacio interplanetario, la sonda espacial Rosetta, de la Agencia Espacial Europea, ha llegado a su destino: el cometa 67P/Churyumov-Geramisenko. El encuentro se produjo el pasado 6 de agosto, cuando Rosetta encendió uno de sus motores durante algo más de seis minutos para frenarse y acompasarse a Chury –como se le conoce familiarmente-, a una distancia de apenas 100 km de su superficie.

Imagen del 9 de agosto, a 99 kilómetros (ESA/NAVCAM)

No es la primera vez que una sonda espacial visita un cometa. Pero, a diferencia de las ocasiones anteriores, en los que simplemente pasaron de largo, Rosetta ha llegado para quedarse. Ahora mismo, ambos se encuentran en algún punto entre las órbitas de Marte y Júpiter, a más de 400 millones de kilómetros de la Tierra, viajando a toda velocidad –unos 55.000 kilómetros por hora- hacia el interior del Sistema Solar. Durante más de un año, la sonda será el inseparable compañero de Chury: juntos rodearán el Sol y volverán de nuevo hacia Júpiter.


Lanzada el 2 de marzo de 2004, el viaje de Rosetta ha sido una auténtica odisea. Para alcanzar su objetivo ha tenido que realizar varias maniobras de asistencia gravitatoria, un recurso utilizado por los ingenieros con el fin de ahorrar combustible. Consiste en utilizar la gravedad de un planeta para ganar el impulso con que viaja éste y aumentar la velocidad de la sonda sin gastar energía. Con este fin, Rosetta ha sobrevolado en total tres veces la Tierra y una vez Marte. Este periplo no ha sido en balde, ya que la sonda ha aprovechado para visitar dos asteroides, el 2867 Šteins y el 21 Lutetia, recopilando valiosa información sobre estos objetos y su origen.

El asteroide Steins, desde varios ángulos (ESA)

Asteroide Lutetia, en su máximo acercamiento (ESA)

La Tierra vista desde Rosetta, durante el sobrevuelo de 2009 (ESA)

No ha sido el único éxito de Rosetta durante el viaje. A pesar de ir equipada únicamente con paneles solares, ha conseguido llegar más allá de la órbita de Júpiter, donde el frío y la falta de luz solar son acuciantes. Para ello recurrió a una estrategia inusual en este tipo de misiones: entrar en hibernación. Ocurrió el 8 de junio de 2011, cuando se apagaron todos los sistemas de la nave, salvo el ordenador de a bordo y algunos calentadores, que se encendieron para evitar que la sonda se congelara a medida que se alejaba del Sol. Dos años y medio más tarde, Rosetta despertó de su letargo y empezó la reactivación de todos los instrumentos científicos y de control sin ningún contratiempo. 


Durante las próximas semanas, Rosetta se irá acercando progresivamente al cometa, hasta quedarse a solo 25 kilómetros de altura. Sus instrumentos cartografiarán la superficie para seleccionar el lugar idóneo donde aterrizará el módulo que lleva a cuestas, Philae (llamado así por la isla del Nilo cuyo obelisco ayudó a descifrar la Piedra de Rosetta). Si todo va bien, el próximo 11 de noviembre seremos testigos del momento más emocionante de la misión, cuando Philae se descuelgue de la sonda espacial, se pose suavemente sobre la superficie del cometa y se ancle mediante unos arpones. Una vez que esté sujeto, Philae estudiará de primera mano el núcleo del cometa, mientras Rosetta observará la evolución de Chury durante su trayectoria alrededor del Sol.

El lugar elegido para el aterrizaje de Philae (ESA/Rosetta)

Detalle del lugar del aterrizaje (ESA/OSIRIS/Rosetta)

Una vista aún más cercana del sitio (ESA/OSIRIS/Rosetta)

Los datos acumulados por Rosetta y Philae servirán para conocer las condiciones que reinaban en el Sistema Solar cuando se formó. En particular, podremos saber si parte del agua que hay en la Tierra vino del masivo bombardeo de objetos celestes -asteroides y cometas- que sufrió nuestro planeta hace 4.000 millones de años.

Los científicos ya se están frotando las manos. Las primeras imágenes obtenidas del cometa revelan una forma irregular y compleja, compuesta por dos partes claramente diferenciadas. Por otro lado, su temperatura es algo mayor que la prevista. En lugar de cubierta de hielo, su superficie es oscura y polvorienta.

El cometa, a una distancia de 28,6 km el pasado 19 de septiembre.
Se aprecian los chorros de gas y polvo (ESA/Rosetta/NAVCAM)

Veremos qué otras sorpresas nos depara esta histórica misión.



jueves, 3 de noviembre de 2011

De cometas y eyecciones

Sábado, uno de octubre de 2011. La sonda espacial SOHO (Solar and Heliospheric Observatory) contempla atentamente la actividad del Sol, como viene haciendo desde hace quince años. De repente, un objeto excepcionalmente brillante aparece en la parte inferior derecha de su campo de visión y se dirige a gran velocidad hacia el Sol. Es un cometa, probablemente de la familia Kreutz, una clase de cometas que tienen la poco recomendable costumbre de pasar muy cerca del Sol cuando se encuentran en el perihelio de su órbita. Apenas un instante después, el cometa choca con el Sol y se desintegra. Y entonces pasa algo sorprendente. Justo a continuación de la colisión del cometa, una enorme eyección de masa coronaria emerge al otro lado del Sol.

En este vídeo puedes contemplar la secuencia de los hechos tal y como los captaron la sonda SOHO y los satélites de la Misión STEREO que orbitan alrededor de nuestra estrella.


Ahora viene la pregunta.  ¿Realmente el cometa provocó la posterior explosión de plasma? ¿O simplemente fue una coincidencia? Analicemos brevemente lo que sabemos de uno y otro. Las eyecciones de masa coronaria son grandes explosiones se producen en la superficie solar y que expulsan al exterior miles de millones de toneladas de material a millones de kilómetros por hora. El origen de este fenómeno es magnético y se produce como consecuencia de los bruscos movimientos de las líneas de campo magnético del Sol, que giran, se rompen y se vuelven a conectar. En la etapa del ciclo solar que se encuentra ahora, el Sol produce expulsiones de masa coronal de forma frecuente - de hecho, hubo varias unas cuantas horas antes - y podría ser sólo casualidad que una de ellas ocurriese al mismo tiempo que el cometa impactaba con la superficie solar.

Además, este tipo de cometas suelen ser pequeños, con un núcleo de centenares de metros. Una insignificancia, si lo comparamos con los 1.390.000 kilómetros de diámetro solar. Parece difícil imaginar cómo un cometa así podría provocar un proceso de este tipo en el otro extremo del Sol. La relación causa-efecto parece todavía más remota cuando se tiene en cuenta que lo más probable es que el cometa ni siquiera llegó a impactar directamente con la superficie del Sol; antes se suelen romper y evaporar debido a las altísimas temperaturas.

Ahora mismo los expertos se inclinan por la segunda opción: no hay ninguna evidencia de que ambos fenómenos estén relacionados. Aunque algunos investigadores han estado buscando una relación más directa, pero hasta el momento no se ha podido probar nada. Hoy por hoy no existe ningún mecanismo que relacione ambos hechos.

¿Conclusión? Como dice Lou Reed en Last Great American Whale, "no te creas la mitad de lo que veas y nada de lo que oigas." (Si lo reproduces desde Youtube puedes leer la letra de la canción.)