lunes, 19 de marzo de 2012

Aniversario de la Lunar Reconnaissance Orbiter

La semana pasada, la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter cumplió los primeros 1.000 días en órbita alrededor de nuestro satélite. Y, para celebrarlo, los chicos del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA han realizado dos estupendos vídeos.

En el primero de ellos, "Evolution of the Moon", puedes ver una animación que recrea los momentos más importantes de la historia de la Luna. Un mundo que sufrió en sus inicios un periodo de intenso bombardeo, durante el cual enormes meteoritos formaron cuencas de impacto gigantescas. Un mundo que luego despertó brevemente y vomitó lava de su interior para rellenar con ella las cuencas de impacto. Un mundo que continuó padeciendo después los impactos de meteoritos –cada vez menos frecuentes, eso sí-, los cuales terminaron de esculpir el rostro actual de la Luna.


(Como seguramente hayas observado, la Luna aparece al principio del vídeo como una enorme bola candente, sin que se explique nada sobre su origen. Existen varias teorías al respecto; la más extendida afirma que se formó como resultado de la colisión de un protoplaneta del tamaño de Marte contra la Tierra primigenia. Quizás porque todavía no hay unanimidad, la NASA ha preferido olvidarse de esa parte.)

Después de repasar la evolución de la Luna, ahora pasamos al segundo vídeo, “Tour of the Moon”, en el que puedes disfrutar de un viaje por algunos de los lugares más representativos de nuestro satélite. Esto incluye el Mare Orientale, uno de sus cráteres más jóvenes y gigantescos; el cráter Shackleton, cuyo interior está permanentemente a la sombra; la cuenca de impacto Polo Sur-Aitken, la mayor estructura de este tipo del Sistema Solar; el cráter Tycho y su imponente pico central, formados hace sólo 108 millones de años; el cráter Aristarco, el lugar más brillante de la superficie lunar; la región Compton-Belkovich, producto de su antigua actividad volcánica; el cráter Jackson, con su complejo sistema de rayos; y, por último, el prominente cráter Tsiolkovsky, situado en la cara oculta de la Luna.


Este segundo vídeo está disponible en varios formatos en este enlace, donde también puedes encontrar otros vídeos específicos de cada una de las zonas visitadas.

En definitiva, dos regalos caídos del cielo. O mejor dicho, de la Luna.

jueves, 15 de marzo de 2012

Imágenes inéditas del Proyecto Manhattan


Son los diez primeros minutos que se pueden ver (aunque no escuchar) de un lugar que oficialmente no existió, en pleno desierto de Nuevo México, y al que sólo se podía acceder por una tortuosa carretera. Se trata del complejo de Los Álamos, la sede principal del Proyecto Manhattan, el colosal proyecto científico de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá durante la Segunda Guerra Mundial para desarrollar la bomba atómica.

El Proyecto Manhattan se puso en marcha en agosto de 1942. Un par de meses después, el coronel Leslie Grooves, al mando del proyecto, nombró al físico Robert Oppenheimer como director del laboratorio que estudiaría el material más adecuado y el diseño más eficaz para el desarrollo de la bomba atómica. El lugar elegido para ello fue Los Álamos, en Nuevo México, a unos 50km de Santa Fe, la capital del estado.

En menos de un año, el Ejército construyó allí un enorme complejo de laboratorios y barracones que podían albergar a decenas de miles de personas. Durante los siguientes tres años desfilaron por allí científicos de la categoría de Enrico Fermi, Arthur Compton, James Chadwick, Niels Bohr, Otto Frisch, John von Neumann, Richard Feynman, Emilio Segré o Ernest Lawrence, varios de ellos ganadores del Premio Nobel, que formaron un equipo científico irrepetible.

El proyecto era ultrasecreto y contaba con la máxima prioridad en tiempos de guerra. Ninguno de los integrantes podía decir a sus familias y amigos dónde estaba y a qué se dedicaba. La correspondencia que éstos enviaban tenía como destinatario un apartado de correos de Santa Fe, Nuevo México. Y las cartas que escribían los miembros del proyecto eran revisadas y censuradas por las autoridades para evitar cualquier desliz. Incluso la mercancía que entraba en Los Álamos venía etiquetada como productos cotidianos para ocultar su verdadera naturaleza. (Richard Feynmann cuenta varias anécdotas deliciosas en su clásico ¿Está usted de broma, Mr. Feynmann?)

Cartel pidiendo discreción a los trabajadores del Oak Ridge Laboratory,
el llamado Site X (fuente)

Con el paso de los años, se han conocido muchos detalles de lo que allí ocurrió gracias al relato de algunos de sus protagonistas. Pero apenas había imágenes de aquella época. Hasta que hace unos días me encontré por sorpresa con este vídeo, publicado la semana anterior por el Laboratorio Nacional de Los Alamos, en el que se mostraban, por primera vez, algunas grabaciones inéditas que se habían hecho en aquella época. Al parecer, Hugh Bradner, un físico estadounidense que más tarde inventaría el traje de neopreno de los submarinistas, obtuvo el permiso del Ejército para realizar algunas grabaciones caseras.

En el vídeo se pueden observar varias escenas de la vida cotidiana de los científicos, en las que los vemos disfrutar de su (escaso) tiempo libre esquiando, jugando a tenis, de picnic en la playa o realizando excursiones a pie y a caballo. También podemos ver, en la parte final del vídeo, algunos momentos de la boda de Hugh y Marge Bradner.

Pero lo más interesante sin duda es poder contemplar por dentro el complejo de Los Álamos, cuyo nombre en clave era Site Y. Entre otras cosas, me ha llamado la atención “The concrete bowl”, un enorme tazón de más de cincuenta metros de diámetro que se llenaba de agua y donde los científicos hicieron algunas pruebas a pequeña escala de la bomba atómica. O cómo sacan de un barracón en una vagoneta unos bidones que, por el cuidado con el que los manipulan, sospecho que contendrían sustancias radiactivas, quizás plutonio. Y por último, una escena que, aunque no tiene nada de especial, me produce un escalofrío: los científicos a punto de dirigirse a la prueba de la primera bomba atómica, Trinity, en una zona remota de Alamogordo el 16 de julio de 1945.

Trinity, quince segundos después de explotar (fuente)

Y luego están los verdaderos protagonistas del Proyecto Manhattan, los científicos. De todos los que aparecen en el vídeo, figuras de primer orden que ayudaron a cambiar la historia, destacan especialmente tres: Robert Wilson, que llegaría a ser director del Fermilab durante once años (1967-1978), Hans Bethe, físico alemán exiliado y director de la división teórica, y, por supuesto, Robert Oppenheimer, el director científico del Proyecto Manhattan. También hay que destacar la aparición del capitán Deke Parsons, que tiene el dudoso honor de ser el artillero que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima.

En definitiva, un documento histórico muy curioso e interesante.

martes, 13 de marzo de 2012

El Universo está en nosotros

En 2008, los lectores de la revista Time formularon al astrofísico Neil deGrasse Tyson diez preguntas. Una de ellas era "¿Cuál es el hecho más sorprendente que puede compartir con nosotros sobre el Universo". Ésta fue su maravillosa respuesta (no te olvides ponerlo en HD y con subtítulos en español, si quieres). 


Además de ser el director del Planetario Hayden, Neil Tyson es uno de los divulgadores científicos más importantes de la actualidad. Conduce desde 2006 el espacio televisivo científico de corte educativo NOVA scienceNOW en el canal PBS y, tal y como se anunció hace unos meses, tendrá el honor de presentar la secuela de la mítica serie Cosmos creada por Carl Sagan en los ochenta.  

Era imperdonable que Tyson no hubiera aparecido todavía por este blog, y con este vídeo se estrena a lo grande.

P.D.- El vídeo ha sido editado por Max Schlickenmeyer. Los detalles puedes encontrarlos aquí.

viernes, 9 de marzo de 2012

Así nace uno de los insectos más raros del mundo



Sí, el vídeo es un poco agónico, pero ¿quién dijo que nacer era sencillo? A mí me resulta maravilloso que un insecto tan grande pueda salir de un huevo tan pequeño. Además, es la primera vez que se observaba la eclosión de este insecto (el vídeo tiene unos meses), entre otras cosas porque es extremadamente raro. Se trata del insecto palo de la isla de Lord Howe (Dryococelus Australis), un insecto de enormes proporciones que debe su nombre a una pequeña isla en medio del Océano Pacífico, a unos 600km del continente australiano. Sus dimensiones son tales que a veces se les ha llamado langostas de suelo o salchichas con patas; un ejemplar adulto puede llegar a medir hasta 15 centímetros y pesar 25 gramos. Y, aunque no tiene alas, cuenta con unas patas robustas que le permiten correr muy rápido. Como se puede ver en esta imagen, poco se parece al recién nacido del vídeo, de aspecto frágil y color esmeralda.

¡Si apenas le cabe en la mano! (fuente)

Pero lo que me ha animado a compartir este vídeo no es sólo su nacimiento, sino también la asombrosa historia que hay detrás de los Dryococelus australis y por qué se le considera uno de los insectos más raros del mundo. El origen de estos insectos se remonta a la época jurásica, hace más de ciento cincuenta millones de años. Esto significa que los primeros Dryococelus no sólo convivieron con los dinosarios, sino que los sobrevivieron. Desde entonces, camparon a sus anchas por la isla de Lord Howe, sin competencia alguna. Por eso han alcanzado ese enorme tamaño, tan poco usual en otros miembros de la misma familia. Los pobres se las prometían felices...hasta que llegó el ser humano.

Al principio, el insecto palo fue usado como cebo para la pesca, lo que apenas tuvo repercusiones para la colonia. Pero el 15 de junio de 1918, el Makambo, un barco que cubría la ruta entre Sydney y Port Vila, la capital de las Nuevas Hébridas, encalló en la costa de la isla de Lord Howe. Tardaron nueve días en reparar los desperfectos, tiempo suficiente para que las ratas que viajaban a bordo lograran escapar y se desperdigaran por la isla. Allí encontraron un delicioso manjar con el que alimentarse: los huevos de Dryococelus. En apenas dos años, las ratas habían arrasado la colonia de Drycocelus y la especie se consideró extinguida.

El Makambo, anclado (fuente)

La historia no termina aquí, aunque para continuar con ella debemos trasladarnos unos veinte kilómetros al suroeste de la isla de Lord Howe. Allí hay un pequeño islote de apenas 300 metros de largo conocido como la Pirámide de Ball, famoso entre los aficionados a la escalada por un pico de más de 500 metros que domina el islote y que cuenta con unas paredes de vértigo (sólo hay que ver la imagen de más abajo). Se trata en realidad de los restos de un antiguo volcán que emergió del mar hace unos siete millones de años. En la década de 1960, un grupo de escaladores visitó la Pirámide de Ball y, para su sorpresa, observaron los cadáveres de unos extraños insectos muy parecidos al insecto palo que se consideraba extinguido. En los años siguientes se encontraron más insectos muertos, pero no se logró hallar ningún ejemplar vivo.

La Pirámide de Ball, un auténtico "muro" (fuente)

Todo esto podía haberse quedado en una anécdota, pero entonces sucedió lo inesperado. En 2001, un equipo formado por dos científicos australiano y sus respectivos ayudantes aterrizaron en la Pirámide de Ball para estudiar su flora y fauna, y, por muy increíble que parezca, encontraron una población de Dryococelus ¡escondida en un arbusto de Melaleuca completamente aislado! Había exactamente 24 ejemplares.

¿Cómo llegaron hasta allí? ¿Fueron “recogidos” por algún pájaro? ¿O quizás se escondieron en un barco cual polizontes? Nadie lo sabe con seguridad. Tampoco se entiende cómo han podido sobrevivir tanto tiempo alimentándose de un único arbusto. En cualquier caso, lo importante en ese momento era proteger a esa minúscula colonia de insectos que se creían desaparecidos.

Tras dos años de deliberaciones, el equipo recibió el permiso de las autoridades australianas para regresar a la Pirámide de Ball y recoger dos parejas reproductoras; una se llevó a un criador privado en Sidney y la otra al zoo de Melbourne. La primera pareja murió al cabo de sólo dos semanas, por lo que todas las esperanzas estaban puestas en Melbourne. Después de superar múltiples dificultades, se ha conseguido criarlos en cautividad. En 2008 la población en cautividad era de unos 700 miembros y había más de diez mil huevos esperando ser incubados. Hoy en día el Dryococelus Australis ya está preparado para volver a su hábitat natural, la isla de Lord Howe, de donde nunca debería haber salido. Aunque, antes de dar este paso, hace falta la intervención de la administración local para que acabe con la plaga de ratas invasoras que todavía asola la isla.


NOTA: Esta entrada participa en la XI Edición del Carnaval de Biología que alberga en esta ocasión el blog Ciencia y alguna otra cosa.

lunes, 5 de marzo de 2012

La web de los anillos planetarios

Hace varios meses descubrí una estupenda página web que me ha dado muchas satisfacciones desde entonces, y que hoy quiero compartir contigo. Se trata de Daily Rings (también tienen el dominio Planetary Rings) que, en la línea de la famosa APOD de la NASA, se dedica a mostrar a diario una imagen relacionada con los anillos planetarios de nuestro Sistema Solar.

Elegancia y belleza (enlace original)

Los anillos planetarios son un conjunto de partículas de polvo y pequeñas rocas que orbitan alrededor de un planeta formando una estructura de disco en el plano ecuatorial. Saturno es el planeta que presenta el sistema de anillos planetarios más famoso, pudiéndose ver a simple vista con ayuda de un pequeño telescopio. Por sus dimensiones y su complejidad, los anillos de Saturno son una auténtica maravilla. Pero no son los únicos. Actualmente se conocen sistemas de anillos en todos los planetas exteriores del Sistema Solar. Júpiter posee cuatro anillos débiles, compuestos principalmente por polvo; a Urano le rodean una decena de anillos muy finos; y Neptuno se caracteriza por presentar un sistema incompleto, hasta el punto que se les suele llamar arcos en vez de  anillos.

En realidad, lo que hace Daily Rings es extraer el contenido de The Planetary Rings Node, la web de la NASA que almacena todo lo relacionado con los sistemas de anillos planetarios. A partir de esta información, Daily Rings selecciona una imagen diaria, junto con la explicación correspondiente. Ésta es, por ejemplo, la imagen escogida para el día de hoy, 5 de marzo de 2012.

Color deslumbrante (enlace original)

La mayoría de las imágenes de este inmenso archivo histórico han sido obtenidas por la sonda espacial Cassini-Huygens, lanzada en octubre de 1997 con la misión de estudiar en profundidad Saturno: su atmósfera, sus anillos, sus satélites, -especialmente Titán- y su entorno. La sonda Cassini-Huygens lleva desde entonces enviando fotos de una belleza difícil de superar. Sin tener que remontarme más allá de tres meses en la web, aquí dejo algunos ejemplos:

Detalle atmosférico cerca del infrarrojo (enlace original)

Las fuentes de Encélado (enlace original

Ventana a otros mundos (enlace original)

A la sombra de Saturno (enlace original)

Rea más allá de los anillos (enlace original)

A través del disco (enlace original)

Lunas de pequeña a grande (enlace original)

Además de la Cassini-Huygens, también puedes encontrar imágenes correspondientes a las distintas misiones de la NASA que han recorrido los planetas exteriores en las últimas décadas, como la Pioneer 11, las Voyager 1 y 2 y la Galileo. La calidad de estas imágenes es, en general, mucho peor, pero su importancia histórica es enorme.

Sistema de anillos de Júpiter (enlace original)

El décimo anillo de Urano (enlace original)

Los anillos de Neptuno (enlace original)

En definitiva, una web bastante simple (por no tener, no tiene ni buscador), pero que merece la pena añadir a tu lector RSS. Cada día te dará un motivo para no arrepentirte.

Por cierto, que escribiendo esta entrada se me ha ocurrido hacer una mini-serie de entradas dedicadas a los anillos de cada planeta. Y yo soy de los que cumple con sus amenazas…


Crédito de todas las imágenes: NASA/JPL/Space Science Institute