La semana
pasada, en pleno síndrome post-vacacional, me encontré con este vídeo grabado en un acuario. Después de verlo y relajarme (que falta me hacía), me puse a pensar y me surgió esta pregunta: ¿a qué se debían esos
tonos entre azulado y violeta que teñían la imagen?
La verdad es
que no lo sabía, pero investigando un poco descubrí que era debido a la luz utilizada
para iluminar el acuario, conocida como luz actínica. Y hay una buena razón
para hacerlo, más allá de motivos estéticos. Esa luz es la que reciben los
corales y otros seres vivos que se encuentran en el límite de la llamada zona
fótica, que es como se llama la zona en la que penetran los rayos solares. La profundidad a la que llegan éstos es
muy variable y depende de varios factores. Uno de ellos es su inclinación;
cuanto más alto en el horizonte se encuentre el Sol y más vertical sean sus
rayos, mayor será su poder de penetración. Otro factor muy importante es la
turbidez del agua, que depende de las partículas en suspensión que contenga. No
es lo mismo el agua de un pantano, que el agua cristalina de algunas regiones
tropicales. En el primer caso, el límite de la zona fótica puede situarse a menos
de un metro de la superficie, mientras que en el segundo caso puede superar
ampliamente el centenar de metros.
Por un motivo o por otro, lo que ocurre es que, al penetrar en el agua, ésta actúa como un filtro de la luz. Hay que tener en cuenta que la luz
visible, aquella que el ojo humano puede captar, es en realidad un conjunto de
ondas electromagnéticas con distintas longitudes de ondas, comprendidas entre
los 400 y los 750 nanómetros. Cada una
de estas longitudes de onda es percibida por nuestro ojo como un color
diferente, que van desde el violeta al rojo. El azul, por ejemplo, tiene una
longitud de onda de 450 nanómetros.
(Fuente) |
¿Y cuál es
el papel que juega la luz actínica en todo esto? Pues es fundamental para el desarrollo
de corales y otros organismos marinos, ya que estimula el crecimiento de las
llamadas zooxantelas.
Las zooxantelas
son microalgas unicelulares que viven en simbiosis con los corales. Por un
lado, los corales proporcionan a estas algas un hogar y, a través de su
respiración celular, dióxido de carbono y agua. Por otro lado, las zooxantelas aprovechan la
luz actínica, junto con el dióxido de carbono y el agua que reciben de los corales, para
realizar la fotosíntesis. Como resultado producen oxígeno y otros nutrientes, tales como azúcares y lípidos, que el coral utiliza en su respiración celular, cerrando el círculo.
Las zooxantelas, vistas al microscopio (fuente) |
Las zooxantelas también son las responsables de los colores tan vivos que tienen los corales. En particular, esos tonos verdes fosforescentes que se veían en el vídeo se deben a la clorofila, la molécula que juega un papel fundamental en la fotosíntesis y que permite a las algas -y también a las plantas, por supuesto- obtener energía de la luz solar.
Arrecife de coral en el Mar Rojo (Crédito: Carlos Villoch) |
Esa simbiosis perfecta entre corales y zooxantelas es la clave de su éxito en los océanos. Especialmente maravillosa es la Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife de coral del mundo, que se extiende a lo largo de más de 2500 kilómetros por el Mar del Coral, cerca de Australia. Es una estructura tan impresionante que se divisa desde el espacio.
Impresionante vista aérea de la Gran Barrera de Coral (fuente) |
Desgraciadamente, los corales se están viendo muy afectados por el cambio climático. Al calentarse las aguas donde habitan, el coral se "estresa" y rompe el delicado equilibrio con las zooxantelas, expulsándolas. Entonces el coral pierde su coloración habitual, pasando a adquirir un tono blancuzco. Y lo que es peor, si esta situación se prolonga demasiado tiempo y la colonia de zooxantelas no se recupera, el coral acaba muriendo. Este proceso es lo que se conoce como "blanqueo de coral".
En primer plano, un coral blanqueado; al fondo, uno sano (fuente) |
Un último detalle para finalizar. Cuando ya tenía
prácticamente terminada la entrada, se me ocurrió consultar el diccionario (sí, a veces hago estas locuras, XD). Así
me enteré que, según la RAE, actinismo es la acción química de las radiaciones electromagnéticas, en especial las
luminosas. Y que esta palabra deriva de la palabra griega que significa
rayo luminoso.
P.D. – Esta
entrada participa en la XIV Edición del Carnaval de Química que organiza en esta
ocasión Bernardo Herradón desde Educación Química. También participa en el XII Carnaval de Biología que
organiza Raúl de la Puente en Blog de Laboratorio.