miércoles, 6 de diciembre de 2017

Reseñas Hdc: La historia del cuanto. Una historia en 40 momentos

(Esta entrada se publicó primero en Hablando de Ciencia.)


La historia del cuanto. Una historia en 40 momentos
Autor: Jim Baggott
Editorial: Bibioteca Buridán
Año: 2017
Páginas: 496
ISBN: 9788416995325
PVP: 34 €




SINOPSIS
A menudo totalmente contraintuitiva, a veces francamente extraña, los físicos, como los filósofos, reflexionan sobre su significado, pero ellos además se deleitan con su habilidad para explicar la realidad a la más pequeña de las escalas. Es la teoría cuántica, y este libro cuenta su historia.

Jim Baggott nos lleva desde 1900 hasta el presente en 40 episodios. Es una historia llena de emociones y de desesperación, de éxitos espectaculares y de retos profundos todavía por resolver. Convoca a una serie de grandes físicos, pero el centro de la escena lo ocupa la propia física y el despliegue de algunos de los conceptos más hermosos y asombrosos que ha desarrollado jamás la ciencia.

RESEÑA
Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con la lectura de un libro de física como con este de Jim Baggott. Publicado en su versión original en inglés en 2011, le debemos agradecer a Biblioteca Buridán que se haya animado a traducirla seis años después. El libro recorre los que, a juicio del autor, son los cuarenta momentos más destacados de la física cuántica durante su poco más de un siglo de existencia. Es una lectura ágil, salpicada por numerosas anécdotas, y que, aunque en la segunda parte del libro el nivel se eleva, está explicado en general de forma clara y sencilla. Esto es algo que tiene mucho mérito, teniendo en cuenta lo que se ha dicho con anterioridad de la física cuántica. Por ejemplo, el danés Niels Bohr, uno de sus fundadores, reconoció que "cualquier que no esté impactado con la mecánica cuántica es que no la ha entendido". El genial Richard Feynman fue más lejos al afirmar que "nadie entiende la física cuántica". Con estos antecedentes, no habría que desanimarse si la lectura de este libro resulta difícil por momentos.

Recordemos brevemente que la física cuántica es la física que gobierna el mundo subatómico. Allí, por extraño que parezca, el concepto de onda y partícula se diluye: las partículas se comportan como ondas y las ondas como partículas. Los fenómenos no pueden conocerse con total precisión, sino solo a través de una neblina de probabilidad y azar. Cualquier sistema puede encontrarse en una superposición de estados; un electrón que da vueltas alrededor de un núcleo atómica no está "aquí o allí", sino "aquí y allí". Y por si todo esto no fuera suficiente, más desconcertante aún es una propiedad llamada entrelazamiento. Cuando dos partículas están entrelazadas, las propiedades de una de ellas cambia al instante cuando lo hace las de la otra, por muy separadas que se encuentren entre sí. Estas son solo algunas de las sorprendentes características de una teoría que, sin embargo, es la teoría física más exitosa jamás concebida. La física cuántica es la base de numerosas aplicaciones tecnológicas, como el transistor, que se encuentra presente en prácticamente todos los aparatos electrónicos de uso diario (ordenadores, móviles, televisores, radios, etc...).

Jim Baggott (Susan Gerbic | CC Attibution Share Alike 4.0 international license)

Jim Baggott (Southampton, 1957) es un científico inglés que lleva más de veinte años escribiendo libros de ciencia, historia de la ciencia y filosofía. Enamorado de la física desde niño, descartó estudiarla porque creía no tener el talento para las matemáticas que requerían; finalmente se decantó por la química física. Estudió en la Universidad de Manchester y se doctoró en la Universidad de Reading. Trabajó más de diez años en Shell para luego establecerse con su propia empresa dedicada a la formación y consultoría. Ha recibido varios galardones por su labor como investigador científico y como divulgador. Colabora de forma habitual en las revistas New Scientist y Nature; también escribe artículos y reseñas de libros en otros medios como The Independent y The Daily Telegraph, entre otros. Ha escrito más de diez libros de divulgación científica, como Origins: The Scientific Story of Creation y Higgs: The Invention and Discovery of the God Particle. No es el primer libro suyo que aparece en Biblioteca Buridán, que también ha publicado su Guía a la realidad para principiantes.

El libro está dividido en 40 capítulos, agrupados en siete grandes partes: EL CUANTO DE ACCIÓN (7 capítulos), LA INTERPRETACIÓN DEL CUANTO (5 capítulos), EL DEBATE CUÁNTICO (5 capítulos), CAMPOS CUÁNTICOS (6 capítulos), PARTÍCULAS CUÁNTICAS (6 capítulos), LA REALIDAD CUÁNTICA (6 capítulos) y COSMOLOGÍA CUÁNTICA (5 capítulos). Me ha gustado especialmente la estructura de cada capítulo, con una primera parte a modo de presentación, escrita en cursiva, a la que le sigue el cuerpo del capítulo. Esto hace que cada uno de los 40 momentos tengan entidad propia, lo que facilita que se puedan leer casi de forma independiente.

La primera parte, EL CUANTO DE ACCIÓN, empieza con el descubrimiento de Planck en diciembre de 1900 de su "cuanto de acción". Abarca un cuarto de siglo, hasta diciembre de 1925, un periodo durante el cual los físicos asentaron los pilares de esta revolucionaria teoría. Esto comprende la hipótesis del cuanto de luz de Einstein, la teoría cuántica del átomo de Bohr, la dualidad onda-corpúsculo de Louis de Broglie, la mecánica matricial de Heisenberg, el misterioso fenómeno del espín del electrón, el principio de exclusión de Wolfgang Pauli y la mecánica ondulatoria de Schrödinger.

En la segunda parte, LA INTERPRETACIÓN DEL CUANTO, el libro profundiza en la naturaleza de la realidad a nivel cuántico, una cuestión que en algunos aspectos todavía hoy sigue abierta. Empieza por la interpretación de Max Born del significado de la función de onda de Schrödinger en 1926, continúa con los intensos debates entre Bohr, Heisenberg y Schrödinger en Copenhague sobre la realidad de los saltos cuánticos, y el desarrollo del principio de incertidumbre de Heisenberg, para terminar con la gestación en la mente de Bohr de la llamada interpretación de Copenhague, que él mismo presentó en una conferencia en la ciudad italiana de Como en septiembre de 1927.

La paradoja del gato de Schrödinger (Doug Hatfield | CC BY-SA 3.0)

La tercera parte, EL DEBATE CUÁNTICO, describe el debate Bohr-Einstein, uno de los desafíos intelectuales más profundos de la historia de la ciencia. Einstein, convertido ya en uno de los mayores críticos de la teoría cuántica, puso a prueba sus fundamentos por medio de una serie de experimentos mentales. El primero de ellos fue presentado durante la quinta Conferencia Solvay en octubre de 1927, para pasar luego al argumento Einstein-Podolsky-Rosen y a la famosa paradoja del gato de Schrödinger de 1935. Las réplicas de Bohr en cada caso no le van a la zaga. En medio de esta vorágine, el libro se toma un respiro para abordar la teoría cuántica-relativista del electrón de Paul Dirac, que predecía el espín y la existencia del antielectrón. Una "absoluta maravilla" según Baggott.

La cuarta parte, CAMPOS CUÁNTICOS, describe los avances de una nueva generación de físicos, como Julian Schwinger, Richard Feynman, Sin-itiro Tomonaga y Freeman Dyson, que desarrollaron la llamada electrodinámica cuántica después de la Segunda Guerra Mundial. Luego, en 1954, vino el inesperado desarrollo de la teoría cuántica de campos por parte de Cheng Ning Yang y Robert Mills. Más tarde, Sheldon Glashow, Abdus Saalam y Stephen Weinberg formularon las primeras versiones de una teoría electro-débil en 1960, y predijeron la existencia de las partículas W y Z. Fue una época de fertilidad sin precedentes en la física teórica que culminó en 1963 con la teoría de los quarks de Murray Gell-Mann y la introducción del mecanismo de Higgs en 1967.

En la quinta parte, PARTÍCULAS CUÁNTICAS, el libro se centra en los descubrimientos que han llevado al llamado Modelo Estándar de la física de partículas, gracias a unos aceleradores y colisionadores de partículas cada vez más grandes. Este modelo está formado por tres 'generaciones' de partículas de materia consistentes en leptones (electrones y neutrinos) y quarks que interactúan mediante el intercambio de partículas de fuerza -fotones, partículas W y Z y gluones de carga de color. A pesar de predecir con enorme precisión los resultados experimentales, el Modelo Estándar no incluye la gravedad, su gran asignatura pendiente.

La familia de partículas del Modelo Estándar (UAWiki | CC BY-SA 3.0)

La sexta parte, LA REALIDAD CUÁNTICA, trata de los experimentos diseñados por los físicos para reproducir la paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen e intentar averiguar cuál es en última instancia la naturaleza de la realidad física. Los resultados no dejan lugar a la duda: el mundo cuántico es no local. Más aún, estos experimentos nos dicen de forma categórica que no podemos percibir la realidad 'como realmente es'. Solo podemos poner de manifiesto aspectos de una realidad empírica que depende de la naturaleza de los instrumentos que utilizamos y de las preguntas que hacemos.

En la séptima y última parte, COSMOLOGÍA CUÁNTICA, se explican los esfuerzos por fusionar las dos grandes teorías del siglo XX -la teoría cuántica y la relatividad general- en una única teoría capaz de describir todo lo que hay en el universo. Ahora mismo los dos candidatos más firmes a esta 'teoría del todo' son la teoría de supercuerdas y la gravedad cuántica de bucles, aunque en ambos casos la meta todavía está muy lejos. Como ya ha pasado con anterioridad, la física cuántica parece estar en un callejón sin salida. ¿Seremos capaces de encontrar una vez más la escapatoria del laberinto?

En definitiva, un libro imprescindible para los amantes de la física o de la historia de la ciencia. Y muy recomendable para aquellos que quieran comprender el esfuerzo intelectual realizado por la comunidad científica con el fin de entender la naturaleza del mundo subatómico. Será difícil encontrar un libro de física cuántica que, sin perder un ápice de rigor, resulte tan ameno y accesible.


miércoles, 8 de noviembre de 2017

El desafío científico 7 #edc7

¿Un insecto capaz de descorchar botellas de vino?

Tras un tiempo de reflexión, creo haber encontrado por fin un nuevo desafío a vuestra altura. Las pistas son las siguientes:
  1. Su tío abuelo fue premio Nobel y tiene un asteroide bautizado en su honor.
  2. Un colega suyo, que luego fue premio Nobel, dijo de él que o bien era un genio o bien un idiota. 
  3. Hace menos de diez años ganó una apuesta al no haberse encontrado ninguna prueba de una bella y prometedora teoría que en la actualidad no está pasando su mejor momento.
  4. En su página web tiene un enlace para aprender a pronunciar su nombre.
  5. El dibujo que aparece al principio de la entrada es suyo.
¿Quién es el personaje misterioso? Se agradecerá en la respuesta una explicación de las tres primeras pistas, así como el nombre del insecto del dibujo.

Los comentarios se moderarán como siempre hasta que se publique la solución, el próximo domingo 12/11 a las 23:59. 

SOLUCIÓN: Como bien han acertado la mayoría, el personaje misterioso es el físico holandés Gerard 't Hooft, Premio Nobel de Física en 1999. La explicación breve de las pistas es la siguiente:
  1. Su tío abuelo era Frits Zernike, Premio Nobel de Física en 1953. El asteroide 11779 Zernike, descubierto en 1977, lleva ese nombre en su honor.
  2. Sheldon Glashow dijo de él que "o este chico es un completo idiota o es el mayor genio que ha dado la física en muchos años".
  3. En el año 2000, t' Hooft apostó en contra de que se encontrara alguna partícula supersimétrica en los siguientes diez años. Los detalles de la apuesta se pueden ver aquí.
  4. El enlace que aparece en su página web para aprender a pronunciar correctamente su nombre es este.
  5. El insecto en cuestión es el Bacchus deliriosus o "ladrón del vino", que aparece aquí.
Muchas gracias a todos los que habéis participado, dedicándole vuestro valioso tiempo. Eso no tiene precio.

¡Hasta el próximo!

martes, 19 de septiembre de 2017

JDCiencia 2017: la divulgación científica no para


Queridos amantes de la divulgación científica: todavía os quedan unos días para recuperaros de #Naukas17. Porque esto no ha hecho más que empezar, y ahora le toca el turno a Sevilla y su JDCiencia 2017 los próximos días 22 y 23 de septiembre. Este evento de divulgación científica, organizado por la Universidad de Sevilla y la revista Jot Down, ya va por su cuarta edición gracias al patrocinio de Next Door Publishers, Bulevar Café y otros cuantos mecenas de la divulgación. Desde aquí mi más sincero agradecimiento por estar al pie del cañón.

Esta cuarta edición, además, cuenta con algunas novedades jugosas. Lo primero, como seguramente ya te habrás dado cuenta, es que el evento se ha trasladado a septiembre, en lugar de celebrarse en el mes de junio como en las ediciones anteriores. Sinceramente, creo que es un cambio acertado que agradecerán sobre todo los estudiantes, aunque en su contra tenga la cercanía con la madre de todos los eventos de divulgación científica en español que es Naukas Bilbao. Lo cierto es que el próximo fin de semana saldremos de dudas, espero que abarrotando el lugar de celebración.

Ese es precisamente otra de las novedades. Esta edición ya no se celebrará en la ETS de Ingeniería Informática, en Reina Mercedes, sino que se traslada al Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla, en el centro de la ciudad, un sitio más pequeño pero con mucho encanto que cuenta con mi absoluta bendición (¡podré ir andando!). Para rizar el rizo, el sábado 23 JDCiencia 2017 compartirá ubicación con otro evento muy recomendable como es el Festival de Libros y Música Bookstock. El éxito está asegurado.

Una de las cosas que no va a cambiar en esta edición de JDCiencia 2017 es la calidad de las charlas, que una vez más promete ser (y será) altísima. Disfrutaremos de expertos de la divulgación científica e investigadores de primer nivel (o incluso ambas cosas a la vez), como Clara Grima, Francis Villatoro, Carlos Briones, Adela Muñoz, José Luis Crespo o Alicia Sintes, entre otros ponentesTambién habrá un par de mesas redondas que prometen ser apasionantes: una sobre big data y deep learning y otra sobre herramientas visuales en la divulgación científicaY se hará entrega de premios del concurso DIPC de divulgación 2017. Los dos ganadores se embolsarán 1.000 € y 300 €, gracias al patrocinio del Donostia Internacional Physics Center. Por último, este JDCIencia 2017 se cerrará por todo lo alto con La Chirigota del PercheroNo dejes de consultar la agenda del evento si quieres más detalles. 

Como los años anteriores, la asistencia al evento es gratuita; en esta ocasión no es necesario ni siquiera inscribirse, a no ser que quieras recibir alguna noticia importante sobre el evento. También se mantiene la Fila 0, en la que, por 50 €, tienes derecho a revistas y libros por ese valor, más la asistencia a una cena de gratis el viernes 22 en un 'marco incomparable' de la ciudad, donde podrás charlar tranquilamente con los conferenciantes y participantes al evento. ¿Alguien da más?

En definitiva, una cuarta edición con novedades, pero que sigue fiel al espíritu de siempre...porque la ciencia es cultura.




martes, 29 de agosto de 2017

Reseñas HdC: Historia del futuro

(Esta entrada se publicó primero en Hablando de Ciencia.)


Historia del futuro
Autor: Amador Menéndez Velázquez
Editorial: Ediciones Nobel
Colección Jovellanos de Ensayo
Año: 2017
Páginas: 272
ISBN: 9788484597520
PVP: 20 €



SINOPSIS
Su autor, el científico Amador Menéndez Velázquez, ha querido compartir con el lector nuevos avances emergentes y disruptivos que ha podido conocer de primera mano en lugares tan emblemáticos como el prestigioso MIT de Massachussets. Nos habla de nanotecnología, biónica, robótica e inteligencia artificial, entre otras técnicas, algunas de las cuales pasarán un día a formar parte de nuestras vidas. Y es que cada vez más la ciencia y el ser humano se funden en un fascinante sinergismo.

Prótesis controladas por el pensamiento, coches autoconducidos, superinteligencia, desempleo provocado por la automatización y renta básica universal son ejemplos de tópicos candentes en la actualidad. No hay consenso sobre cómo afrontar un futuro que se nos presenta misterioso e incierto, con grandes promesas pero también grandes peligros. El objetivo del libro es animar al lector a sumarse a estos debates y así contribuir activamente a inventar el futuro.

RESEÑA
Me ha sorprendido gratamente la lectura del ensayo Historia del futuro, de Antonio Menéndez Velázquez, publicado por Ediciones Nobel. La obra describe los avances científicos y tecnológicos que están a punto de cambiar nuestras vidas en diversos campos como la nanotecnología, la biotecnología, la infotecnología o la neurología. Sin duda, el siglo XXI será el de estas disciplinas y otras que deriven de las mismas. Es muy probable que en las próximas décadas seamos capaces de recargar nuestros móviles o coches eléctricos en cuestión de minutos, la medicina podrá generar órganos humanos enteros, los ordenadores cuánticos tendrán una potencia de cálculo sin precedentes y los avances en genética alargarán la vida humana. Pero estos extraordinarios avances son solo la punta del iceberg. Menéndez estudia también máquinas superinteligentes, coches autónomos y plegables, transistores de grafeno y la posibilidad de crear nuevas formas de vida. Ante todos estos cambios que se avecinan, la palabra revolución se queda corta. Como dice el autor en el prólogo:
Por primera vez en la historia de la humanidad, estamos en los albores de una singularidad tecnológica. [...] Nos aproximamos a un momento singular, único, y diferente por lo novedoso, lo desconocido y por un impacto sin precedentes en la sociedad.
En efecto, esta singularidad tecnológica tendrá un enorme influencia en la economía mundial del siglo XXI. El libro intenta responder también a algunos de los interrogantes que plantea este nuevo escenario. ¿Quiénes tendrán empleo ante la creciente automatización de la sociedad? ¿Habrá que recurrir a una renta básica universal como solución a un posible desempleo masivo?

Sin perder de vista los rigurosos principios científicos, Menéndez ofrece un recorrido fascinante a través de las próximas décadas de explosión científica, gracias a tecnologías que hace tan solo unos pocos años parecían más propias de un relato de ciencia ficción. Sin duda, un libro valiente que permite tener una visión de la ciencia y de la tecnología de un futuro no muy lejano.

Añadir leyenda

Amador Menéndez es Licenciado y Doctor en Química por la Universidad de Oviedo. En la actualidad investiga en el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias. Con anterioridad ha ejercido como Profesor de Enseñanza Secundaria y ha investigado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el Laboratorio Europeo de Radiación de Sincrotón y en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Precisamente en el MIT, y junto a otros cinco investigadores, en mayo de 2010 estableció el récord mundial de eficiencia en la captura de energía solar. Amador compagina la investigación con la divulgación científica, habiendo recibido el Premio Europeo de Divulgación Científica por su libro Una revolución en miniatura. Nanotecnología al servicio de la humanidad y el Premio Prismas de Divulgación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y los Museos Científicos Coruñeses, entre otros reconocimientos. El ensayo Historia del futuro obtuvo el XXIII Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, que convoca cada año Ediciones Nobel. El jurado la eligió entre las 162 que se presentaron en la edición de este año 2017.

El libro se compone de ocho capítulos (del cero al siete). El prólogo es para enmarcar, y su comienzo ya es una declaración de intenciones: "Este libro se escapa en cierto modo de clasificaciones convencionales. No es un libro de filosofía ni tampoco de ciencia, a pesar de tratar temas científicos, Responde mejor a la categoría de ensayo, un ensayo del pasado, del presente y del futuro, un futuro que todos nosotros escribimos día a día."

En el capítulo 0, "Un planeta reinventado: Del mono africano al Homo tecnologicus", se repasa los momentos trascendentales en la historia del ser humano. Cuatro son las palabras claves que, a juicio del autor, definen nuestra historia: fuego, lenguaje, sociabilidad y tecnología. Esta última ha tenido un impacto enorme en nuestra sociedad en los dos últimos siglos, aunque nada comparado con lo que está por llegar. Como avisa Menéndez, "el ritmo de cambio tecnológico se está acelerando. En las próximas décadas se pueden producir más cambios tecnológicos que en toda la historia de la humanidad."

El capítulo 1, "Nanotecnología: La inmensidad de lo mínimo", se centra en las tecnologías que hacen uso de nuestra capacidad de manipular la materia a escalas del orden del nanómetro. Aunque los avances logrados en las últimas décadas en este campo han sido enormes, el futuro es todavía más esperanzador. Como escribe Menéndez, "la nanotecnología promete pequeñas soluciones a algunos de los más grandes problemas de la humanidad." Por ejemplo, nanopartículas que detectan tumores cancerígenos en el cuerpo y eliminan bacterias. O materiales como los nanotubos de carbono y el grafeno, capaces por sí solos de revolucionar diversos campos como la electricidad, la electrónica y la computación.

El capítulo 2, "Nanomedicina: Miniaturización al servicio de la salud humana", profundiza en los avances médicos encaminados a entender y curar el cuerpo humano a escala nanométrica. Destaca la figura del ingeniero estadounidense Robert Langer, director de uno de los más prestigiosos laboratorios de ingeniería biomédica del mundo en el MIT, y gracias al cual nació la liberación inteligente de fármacos. Otra tecnología que promete revolucionar la medicina es la bioimpresión, que permitirá generar tejido humano e incluso órganos enteros en impresoras 3D.

En el capítulo 3, "Biomimética: Tecnologías inspiradas en la naturaleza", prestaremos atención al único laboratorio que lleva millones de año afinando sus mecanismos. Como afirma el autor, "casi en cualquier detalle del mundo vivo en el que nos fijemos, por insignificante que pueda parecer a primera vista, descubrimos una solución ingeniosa y eficaz a problemas que se nos plantean cotidianamente." El pie del lagarto gecko, el ojo de la estrella de mar o la dura concha de la oreja de mar (o abulón) son solo algunos ejemplos de diseños de la naturaleza que los científicos intentan imitar o aprovechar en beneficio de la humanidad. Por otro lado, una revolución está a punto de empezar gracias a la tecnología CRISPR, que permite modificar el genoma con una facilidad y rapidez sin precedentes.

El capítulo 4, "Conectados: Tecnologías de la información y la comunicación" analiza la ciencia y la tecnología que han hecho posible que hoy estemos en la llamada era de la información. Mención especial, por supuesto, para Internet, la red de redes, que gracias a su descentralización e universalidad ha conquistado el planeta. Un reto para el futuro será sacar partido de la ingente cantidad de datos que se generan cada minuto, el llamado Big Data. Otro desafío es el desarrollo del tan esperado ordenador cuántico, con una potencia de cálculo descomunal.

El capítulo 5, "Biónica: Neuroprótesis y la integración hombre-máquina" se centra en la fusión de la biología con la electrónica. No conocía la historia de Hugh Herr, quien perdió ambas piernas con 17 años y hoy es el director del laboratorio de Biomecatrónica del MIT. Implantes cocleares a base de nanopartículas magnéticas, retinas artificiales en un microchip o la reparación de neuronas mediante manipulación genética son algunos de los asombrosos avances que promete esta disciplina. Como dice Herr, "no hay seres discapacitados, sino tecnología discapacitada".

El capítulo 6, "Sinergismo tecnológico: Las múltiples danzas de la máquina" profundiza en la fusión de las cuatro tecnologías que hemos analizado en los capítulos anteriores. No conviene olvidar que "nanotecnología, biotecnología, infotecnología y neurología son en sí mismas plataformas de innovación, bloques desde los cuales pueden derivar otras fascinantes tecnologías como los vehículos autónomos o autoconducidos, la impresión 3D, el Big Data, la robótica, etc. [...] La combinación de diferentes tecnologías nos lleva a un sinergismo en el que el todo es mucho mayor que la suma de sus partes." Fruto de esta sinergia saldrán robots con habilidades sociales, vehículos autónomos o las máquinas que nos permitirán explorar los confines de la materia y del universo.

El capítulo 7, último del libro, "Hacia la singularidad: Superinteligencia y desempleo tecnológico" reflexiona sobre las consecuencias de la revolución tecnológica que se avecina. Entre ellas, la inquietante posibilidad de que haya máquinas más inteligentes que el ser humano. Esta superinteligencia, además, nos conduciría al llamado desempleo tecnológico masivo, una situación que no tiene por qué ser negativa si sabemos afrontarla adecuadamente.

Ese es, en última instancia, uno de los objetivos principales del libro. Resulta imposible predecir el futuro con absoluta precisión, más allá de la certeza que la ciencia determinará nuestra vida cotidiana. En cualquier caso, debemos ser capaces de gestionar los desafíos y las oportunidades que surjan en las próximas décadas para que la especie humana salga beneficiada, en vez de perjudicada.


lunes, 31 de julio de 2017

Reseñas HdC: Breve historia de todos los que han vivido

(Esta entrada se publicó primero en Hablando de Ciencia.)


Breve historia de todos los que han vivido
Autor: Adam Rutherford
Editorial: Pasado y Presente
Colección: ENSAYO
Año: 2017
Páginas: 348
ISBN: 9788494619359
PVP: 29 €



SINOPSIS
Esta es una historia sobre ti. La historia de quién eres y cómo has llegado a ser quien eres. Tu historia es única; como lo es la del resto de 10 billones de humanos que alguna vez respiraron. Adam Rutherford, genetista de la Universidad de Londres, ha escrito un libro divertido, apasionante y lúcido que abre las puertas a concebir nuestra existencia de un modo nuevo y fascinante. Nuestro genoma no debe leerse como un manual de instrucciones sino como un poema épico. Con un lenguaje sencillo y emotivo, Rutherford consigue explicar en qué consiste la mayor revolución científica a escala humana de la historia de la humanidad.

Sin duda este libro se convertirá en un clásico de la divulgación científica como lo fueron los libros de Stephen Jay Gould o los de Richard Dawkins.

RESEÑA
He leído con gran placer el último libro del genetista británico Adam Ruherford, publicado por la editorial Pasado & Presente, Breve historia de todos los que han vivido. Este libro explica, de forma amena y rigurosa, la épica historia que se oculta en nuestros genes, escrita en el ADN. Hasta hace unos años, el estudio de nuestros antepasados estaba limitado al hallazgo de huesos y otros restos que dejaron durante su vida; ahora, en cambio, podemos recomponer la información genética de los neandertales que vivieron hace cientos de miles de años. A partir de su ADN, podemos saber cosas que de otro modo jamás conoceríamos; por ejemplo, cómo experimentaba un neandertal los olores. La cantidad de datos que está generando esta nueva ciencia es apabullante. Como afirma el autor en el prólogo,
El ADN se ha convertido en la más moderna herramienta del taller del antropólogo. Esta molécula ha revolucionado en gran medida nuestra comprensión de la historia humana y de una forma sin precedentes, todo en el curso de un par de décadas escasas al principio de este siglo XXI. La imagen que hoy tenemos de cómo hemos llegado a ser quienes somos es más detallada que nunca antes, y todavía nos queda mucho camino por recorrer.
Un libro erudito, estimulante y divertido, plagado de historias fascinantes, que estoy seguro que te sorprenderá, si como es mi caso no eres un experto en el tema.

Rutherford, en una imagen de su web | Fuente

Adam Rutherford es un escritor y divulgador científico británico. Estudió genética en el University College de Londres y, mientras escribía su tesis sobre la evolución de la vista, formó parte del equipo que identificó la primera causa genética de una forma de ceguera infantil. Ha sido autor y presentador de varios programas premiados en la BBC, incluyendo Inside Sciencie, The Cell y Playing God. También es colaborador habitual en las páginas de ciencia de The Guardian. Su primer libro, Creation (2013), sobre el origen de la vida y la biología sintética, recibió grandes elogios de la crítica y fue nominado al Wellcome Book Prize. Breve historia de todos los que han vivido es su primer libro publicado por Pasado & Presente.

Creation, la ópera prima de Rutherford | Fuente

El libro consta de siete capítulos, divididos en dos partes, "Cómo llegamos a ser quienes somos" (los tres primeros capítulos) y "Quiénes somos ahora" (los cuatro siguientes capítulos). La primera parte de este libro trata de cómo se está reescribiendo el pasado con la ayuda de la genética, desde los tiempos remotos en que había al menos cuatro especies humanas sobre la Tierra, hasta los reyes de la Europa del siglo XVIII. La segunda se centra en quiénes somos en la actualidad y lo que nos dice el estudio del ADN sobre familias, salud, psicología, raza, etc...así como lo que nos pueda deparar el futuro.

Tras una exquisita introducción, se inicia el capítulo 1, "Salidos y movidos" dejando claro que "todos somos eslabones perdidos. Del mismo modo que no hubo un momento preciso en el que comenzó la vida, no hubo un momento de creación que diera origen a nuestra especie". A partir de aquí, el autor empieza a rastrear en el origen y evolución del Homo sapiens. Gracias a los modernos análisis de ADN antiguo, el árbol evolutivo perfectamente ramificado de hace unas décadas se ha transformado hoy en una imagen mucho más difuminada, con diversas especies humanas que se cruzaron unas con otras. Un dato significativo: nuestro propio ADN contiene un 2,7 % de ADN neandertal, fruto de las relaciones sexuales que mantuvimos con ellos hace decenas de miles de años.

El capítulo 2, "La primera Unión Europea", relata la historia de los europeos, a partir de la llegada del Homo sapiens a este continente desde África hace unos 60.000 años. Estos primeros europeos fueron cazadores-recolectores, hasta que, hace unos 10.000 años, se empezó a extender la agricultura. Esta transición a una vida más doméstica supuso un cambio tan profundo que influyó en nuestros genes. También en ellos podemos rastrear algunas de las características que nos definen, como la piel clara o la tolerancia a la lactosa de adultos, y por qué algunos son rubios con ojos azules mientras que otros son pelirrojos. El autor analiza el caso concreto de Gran Bretaña e Islandia; en este último país solo ha habido 35 generaciones de islandeses, "lo que la convierte en un paraíso para los genetistas".

El capítulo 3, "Cuando fuimos reyes", nos cuenta varias famosas historias en las que el ADN ha tenido mucho que decir. Resulta curioso leer que Carlomagno es antepasado de todos los europeos de la actualidad, lo mismo que cualquier europeo que viviera en el siglo X. No recordaba la historia de Ricardo III, cuyo cuerpo se identificó en 2014 gracias al ADN, convirtiéndose en "la persona más antigua inequívocamente identificada en la muerte". Otra historia interesante, en especial para los españoles, es la de la Carlos II, cuyo coeficiente de endogamia era similar al del hijo de dos hermanos. Por el contrario, hay también casos en los que se realizan afirmaciones extraordinarias basadas en el ADN y que resultan ser completamente falsas. Es el caso de la supuesta identidad de Jack el Destripador, que en septiembre de 2014 saltó a las portadas de los periódicos y, sin embargo, "es una fantasía forense de principio a fin".

La segunda parte del libro se abre con el capítulo 4, "El fin de la raza". El autor, que sufrió algún episodio de racismo en su infancia -su madre es india-, afirma que "no hay elementos genéticos esenciales de ningún tipo particular de personas que podamos identificar como «raza». Por lo que respecta a la genética, la raza no existe". Desconocía la importancia de Francis Galton, primo lejano de Charles Darwin que hizo numerosas aportaciones a diversos campos científicos; entre ellas, inventó la eugenesia. Por último, me ha sorprendido leer que "genéticamente, es más probable que dos personas negras sean distintas entre sí que una persona negra respecto a una blanca". En efecto, el 85 por ciento de la variación genética humana se da dentro de los propios grupos raciales, no entre ellos.

El capítulo 5, "El más extraordinario mapa jamás producido por la humanidad" se centra en el Proyecto Genoma Humano (PGH), cuyo objetivo era identificar las 3.000 millones de letras de ADN que forman el material genético humano. Se trata del "proyecto más grande, más ambicioso y más caro de la historia de la biología". Por supuesto, secuenciar el genoma humano no significa entender cuál es la función de cada uno de los genes. En ese sentido puede que los avances estén siendo más lentos de lo esperado, aunque si echamos la vista atrás los más destacados genetistas mundiales ni siquiera sabían cuál era el número de genes de los humanos hace menos de 20 años.

El capítulo 6, "Destino", plantea si los genes pueden determinar el comportamiento de un ser humano, hasta el punto de anular el libre albedrío. Aunque es un tema complejo, la conclusión del autor es que no se puede imputar a la genética la criminalidad de una única persona, igual que no podemos saber su tendencia política o sexual por analizar su genoma. En la práctica, la influencia de los genes en nuestro comportamiento es prácticamente despreciable, a pesar de los titulares que encontramos en los medios de comunicación. "La herencia es un juego de probabilidades, no de destino", afirma el genetista británico.

El séptimo y último capítulo, "Una breve introducción al futuro de la humanidad", sirve para analizar la posible evolución de nuestra especie. ¿Quiere esto decir que todavía estamos evolucionando? La respuesta es rotunda: sí. "Nuestro ADN cambia con el tiempo, con cada generación. La mayoría de estos cambios son sutiles, muchos triviales. Algunos son especialmente interesantes". Por ejemplo, algunas mujeres son capaces de ver cuatro colores en lugar de los tres habituales, aunque se desconoce cuál puede ser la ventaja de ello. Otra cosa distinta es saber si nuestra actual evolución está experimentando alguna forma de selección. Como se suele decir en estos casos, es difícil hacer predicciones, especialmente del futuro.

El autor continua ya con un breve epílogo y los agradecimientos, a los que le siguen las preceptivas referencias y lecturas adicionales (muy completas, lo cual siempre es de agradecer), el glosario y el índice alfabético, que ahora sí pone el punto y final a este gran libro. Poco más que decir, salvo que lo tiene todo para despertar el interés de un amplio público. Muy recomendable. 

martes, 23 de mayo de 2017

Reseñas HdC: El Gran Cuadro

(Esta entrada se publicó primero en Hablando de Ciencia.)

EL GRAN CUADRO. Los orígenes de la vida, su sentido y el universo entero.
Autor: Sean Carroll
Editorial: Pasado y Presente
Traductor: Antonio Iriarte
Colección: ENSAYO
Año: 2017
Páginas: 519
ISBN: 9788494619311
PVP: 35 €


SINOPSIS
Sean Carroll, cosmólogo y físico estadounidense de gran proyección mediática, pretende con esta obra aportarnos una nueva manera de abordar las grandes preguntas de la humanidad: ¿Por qué existimos? ¿Cuál es la finalidad de la existencia? ¿Qué podemos saber acerca del universo y de nosotros mismos? ¿Cómo pensamos y decidimos? 

Esta absorbente mezcla de física, filosofía, humanismo y rigor científico abre nuestras capacidades intelectuales en la búsqueda de un nuevo marco de referencia, una gran visión amplia e inclusiva: el naturalismo poético.

RESEÑA
Tenía mucha ganas de leer el nuevo libro del eminente físico teórico Sean Carroll, del que todavía recuerdo un artículo que publicó en la revista Investigación y Ciencia sobre el origen cósmico de la flecha del tiempo allá por 2008. En esta ocasión, y gracias a una cuidada edición publicada por Pasado & Presente, Carrol nos explica la historia del universo, las partículas y fuerzas que lo componen, y cómo, a partir de estas, pudo surgir una vez la vida. Todo ello conforma el "gran cuadro" al que alude el título del libro.

Pero ahí no termina la cosa. El otro objetivo del libro queda más cerca del ámbito filosófico que del científico, pues el autor pretende, en sus propias palabras, "ofrecer un poco de terapia existencial". Y continúa en el prólogo afirmando que:
Somos pequeños; el universo es grande. No viene con un manual de instrucciones. No obstante, hemos descubierto un asombroso montón acerca de cómo funcionan las cosas en la práctica. Aceptar el mundo como es, hacer frente a la realidad con una sonrisa y convertir nuestras vidas en algo valioso, resultan una clase distinta de reto.
El gran cuadro es un libro donde, además de física, química y biología, podemos aprender filosofía de la mano de Descartes, Kant o Wittgenstein. Un libro erudito y ambicioso, escrito con un lenguaje claro y poco pretencioso, que resulta sincero y transmite serenidad. Si quieres saber cómo la visión científica del mundo es capaz de enriquecer nuestra comprensión del universo y hasta de nosotros mismos, no dejes de leer El gran cuadro.

Sean Carroll, en 2017 | Fuente
Sean Carroll (Filadelfia, 1966) es físico teórico y profesor investigador en el Instituto Tecnológico de California (el mítico Caltech). Sus actuales líneas de investigación se centran en la cosmología: materia oscura, energía oscura, simetrías del espacio-tiempo y origen del universo. También se ha interesado por los cimientos del la física cuántica, la flecha del tiempo y posibles modificaciones de la relatividad general. Colabora con diversas revistas de ciencia y suplementos como NatureThe New York TimesSky & Telescope y New Scientist. Ha aparecido en los programas televisivos El universo de Canal Historia, Secretos del universo con Morgan Freeman en DMax y en el programa satírico The Colbert Report. Desde 2010 es miembro de la American Physical Society; en 2015 ganó el premio Andrew Gemant, y un año más tarde la prestigiosa beca de investigación Guggenheim. Es autor de La partícula al final del universo (2013) y Desde la eternidad hasta hoy (2015). El gran cuadro es su primer libro editado en Pasado & Presente.

Después del prólogo, el libro se divide en seis grandes partes, con un total de cincuenta capítulos: COSMOS (ocho capítulos), COMPRENDER (diez capítulos), ESENCIA (nueve capítulos), COMPLEJIDAD (nueve capítulos), PENSAR (ocho capítulos) y PREOCUPARSE (seis capítulos). A estos hay que sumar un interesante apéndice aunque técnico sobre la integral de caminos de Feynmann, una sección que incluye las referencias de las citas y las fuentes usadas por el autor, para terminar con unas lecturas recomendadas muy jugosas.

En la primera parte del libro, COSMOS, el autor se pregunta por la naturaleza última de la realidad, y repasa las distintas formas que tenemos de hablar del mundo en su nivel más profundo. En concreto, Carroll se centra en el llamado naturalismo poético, la estrategia que recomienda para entenderlo todo y cuyo padre se considera al filósofo escocés David Hume. El naturalismo afirma que solo existe un mundo, el natural; las pruebas acumuladas a su favor en los últimos siglos así lo corroboran. Lo de poético nos recuerda que hay más de una forma de hablar del mundo, y que todas ellas deben ser coherentes entre sí; "el universo está hecho de historias, no de átomos", en palabras de la poeta Muriel Rukeyser.

En la segunda parte, COMPRENDER, Carroll explica la forma de proceder para intentar entender el mundo o, al menos, acercarnos cada vez más a la verdad. El autor se inclina por el enfoque bayesiano (llamado así por el matemático y reverendo Thomas Bayes), que se basa en determinar la probabilidad de un suceso en función a unos grados de creencia que se aplican a priori. Que no cunda el pánico, pues Carroll recurre a diversos ejemplos y cálculos que ayudan a asimilarlo. Lo importante es que "tenemos que estar dispuestos a aceptar la incertidumbre y el conocimiento incompleto, y estar siempre preparados para actualizar nuestras creencias conforme vayan apareciendo nuevas pruebas".

La tercera parte trata de la ESENCIA del mundo, donde se profundiza en las leyes fundamentales de la naturaleza. Una de ellas es la física cuántica, la teoría que gobierna el mundo subatómico. Aunque muchos de sus principios pueden chocar con nuestro sentido común, pocas teorías han superado con éxito tantos exámenes. O la llamada por Carroll "teoría del núcleo", conocida habitualmente como el modelo estándar de la física de partículas, la teoría que mejor describe las partículas y fuerzas que conforman la materia que nos rodea, los planetas, las estrellas y las galaxias. Aunque todavía queda mucho por saber acerca del funcionamiento del mundo, hay una cosa de la que podemos estar seguros: en él no tienen cabida la telequinesia, la astrología y tantos otros fenómenos psíquicos o paranormales.

La cuarta parte del libro, COMPLEJIDAD, es seguramente la que más me ha gustado. En ella intentaremos entender cómo puede surgir, a partir de las leyes de física, la complejidad del mundo que nos rodea. Según Carroll, la emergencia de estructuras complejas es una consecuencia natural de la tendencia del universo hacia un mayor desorden, de acuerdo con la segunda ley de la termodinámica. La culminación de este proceso es la vida misma. A medida que conocemos los mecanismos básicos de la vida, mejor encajan estos con los principios físicos fundamentales que rigen el universo. Otra conclusión importante es que "no somos la razón de la existencia del universo, pero nuestra capacidad de autoconciencia y reflexión ya hace que seamos especiales en él".

En la quinta sección, PENSAR, el autor se enfrenta al enigma de la conciencia humana, "una compleja interacción de muchos procesos que actúan en múltiple niveles". Como nos muestra el cosmólogo estadounidense, la neurociencia moderna ha logrado enormes avances en la comprensión del pensamiento en nuestros cerebros, pero todavía se nos escapan muchos detalles. El problema más arduo es filosófico: ¿la conciencia surge de átomos ordinarios que cumplen las leyes de la física? ¿O hay algo nuevo en ella más allá de lo puramente material? Todo apunta a la primera opción, aunque el debate no está completamente cerrado.

La sexta y última sección, PREOCUPARSE, es la más personal y quizás la más floja del libro. En ella, Carroll afronta lo que califica como "el problema más difícil de todos, el de construir sentido y valores en un cosmos carente de un propósito trascendente". Todos tenemos preocupaciones y miedos, deseos y aspiraciones, bien consecuencia de la evolución, nuestra educación o nuestro entorno. ¿Cómo podemos conciliar todo ello en nuestro fuero interno, y entre todos nosotros? Carroll nos facilita para ello su lista de diez consideraciones -que no mandamientos- para conseguirlo, del estilo de "siempre podemos hacerlo mejor" o "compensa escuchar". Como explica el autor
Todas las vidas son distintas, y algunas hacen frente a penalidades que otras jamás conocerán. Pero compartimos todos el mismo universo, las mismas leyes naturales, y la misma tarea fundamental de crear sentido e importancia para nosotros y para los que nos rodean en el breve tiempo del que disponemos en el mundo.
Y de esta manera tan poética, como no podía ser de otra manera, termina el libro de Sean Carroll. Un libro que me ha gustado y cuya lectura recomiendo a todos los amantes de la divulgación científica que también se sientan atraídos por la filosofía.



jueves, 20 de abril de 2017

El desafío científico 6 #edc6

Christina's worl (Andrew Wyeth, 1948) | Fuente

Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pues yo ya llevo tres desafíos seguidos que han resultado ser mucho más fáciles de lo que esperaba. Por eso he querido recuperar el poco crédito que me queda lo antes posible. Así que aquí estamos de nuevo con otro desafío científico, esta vez en el clásico formato de varias pistas para adivinar un personaje. Las pistas son las siguientes:
  1. Nació en una pequeña población que hoy tiene menos de 10.000 habitantes.
  2. Su padre fue físico y dio clases en la universidad.
  3. Participó en uno (y solo uno) de los famosos congresos Solvay. 
  4. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue invitado a unirse a un grupo aliado que trabajaba en la bomba atómica, aunque finalmente no fue admitido.
  5. Colaboró directamente en dos investigaciones que llevaron a sendos Premios Nobel de Física. Sin embargo, él no recibió ninguno.
  6. Vivió 86 años.
  7. Un asteroide lleva su nombre.
¿Quién es el personaje misterioso? 

Los comentarios se moderarán como siempre hasta que se publique la solución, el próximo domingo 23/04 a las 23:59. Espero y deseo que esta vez sea más complicado y entretenido, que es de lo que se trata.

SOLUCIÓN: Como bien han respondido los grandes Samuel, Dani  y Moisés,  el personaje de este reto era el físico italiano Giuseppe Occhiliani. Poco más que comentar a lo dicho por ellos tres en los comentarios. Solo añadir que la elección del cuadro no fue casual, pues busqué uno de 1948, año en que Occhiliani acudió al Congreso Solvay. Hasta el final estuve a punto de añadirlo como pista, pero pensé que podía despistar más que servir de ayuda.

Muchas gracias a todos los que habéis participado y difundido el desafío. Espero que muy pronto haya más.

jueves, 6 de abril de 2017

El desafío científico 5 #ed5

Parece mentira, pero han pasado más de dos años desde que publiqué el último desafío en el blog. Lo cierto es que no quedé muy satisfecho con los dos últimos. Como la idea de estos desafíos consistía en empezar con una cita relacionada con el autor, al final resultaba muy difícil ocultarlo a Google.

Así que he decidido cambiar de estrategia. Aunque sea menos instructivo, al menos en mi opinión, este quinto desafío no tendrá ninguna cita. Solo imágenes. En concreto, tres. 

Y son las siguientes: 


Pista 1


Pista 2


Pista 3

¿Qué personaje se esconde detrás de estas tres imágenes?

Puede que a algunos le siga pareciendo fácil, mientras que otros crean que es muy difícil. En cualquier caso, espero que todos paséis un buen rato.

Como siempre, se moderarán los comentarios hasta publicar la solución el domingo 09/04/2017 a las 23:59.

¡Suerte! 

SOLUCIÓN: Como ya han adivinado la mayoría, el personaje es George Gamow, el insigne físico nuclear y cosmólogo de origen ruso. Aparece en la primera foto, de pie a la derecha del todo, rodeado por el personal que trabajaba en el Laboratorio de W. H. Bragg en 1931. La segunda es una caricatura realizada por Gamow en la que aparecen Edward Teller (tortuga) y Stanislaw Ulam (en plan Bugs Bunny) como celebración del diseño de la bomba de hidrógeno que ambos inventaron en 1951 (y seguramente parodiando que Teller llevaba varios años estudiando el tema y Ulam 'llegó y besó el santo', como se suele decir). Por último, la tercera imagen corresponde con la tumba del propio Gamow, una pista que para muchos fue decisiva, a pesar de que me encargué de borrar su nombre del mármol (puedes ver la imagen original aquí).


domingo, 12 de febrero de 2017

¿Cuál es el tamaño de las estrellas? [vídeo]


No me canso de ver estos vídeos que ayudan a hacerse una idea de las descomunales dimensiones de los objetos celestes de nuestro universo. En esta ocasión, el vídeo ha sido realizado por el Observatorio Europeo Austral (ESO, de sus siglas en inglés) y repasa en menos de dos minutos el tamaño de las estrellas, empezando por nuestro planeta como referencia y terminando por la estrella hipergigante roja VY Canis Majoris, cuyo diámetro aproximado mide la friolera de 2.000 millones de kilómetros. 

Como solía decir el gran Carl Sagan, la astronomía es una lección de humildad. 


martes, 7 de febrero de 2017

Vesto Slipher (II): Una vida en el Observatorio Lowell

(Puedes leer la primera parte de su biografía en este enlace)

Percival Lowell explora el universo con su telescopio | Fuente

Cuando Slipher llegó al Observatorio Lowell en 1901, la prioridad del excéntrico millonario era la investigación planetaria. Solo si el tiempo y las circunstancias se lo permitían, Slipher podría dedicarse a sus propias investigaciones, como el estudio de las velocidades de rotación de las nebulosas espirales que ya vimos en la entrada anterior. Lo cierto es que ambos formaron un equipo formidable: Lowell era brillante, impulsivo, con una personalidad arrolladora; Slipher era reflexivo, meticuloso y contaba con un gran conocimiento técnico. Lowell sabía lo que quería y Slipher se lo proporcionaba. Siguiendo sus directrices, Slipher realizó importantes descubrimientos sobre los planetas del sistema solar y el espacio interestelar. Y jugó un papel fundamental en el descubrimiento de Plutón, considerado entonces el noveno planeta del sistema solar.

Una de las primeras tareas asignadas por Lowell fue la determinación del periodo de rotación de Venus. En aquella época, la opinión general era que Venus tardaba alrededor de 23 horas en completar una vuelta alrededor de sí mismo, tomando como referencia unas tenues sombras en la capa de nubes que envuelve al planeta. El primero en medir así el periodo de rotación fue el astrónomo italiano Giovanni Cassini, allá por 1666. Slipher empezó a trabajar en el tema a finales de 1902 y, unos meses más tarde, ya había obtenido varios espectros de Venus que descartaban un periodo de rotación corto, puesto que “un giro tan rápido de 24 horas no habría escapado a la detección”. El cauteloso Slipher dejó ahí el tema; habría que esperar a principios de la década de 1960 para confirmar que el periodo de rotación de Venus es de 243 días. (Curiosamente, Venus tarda 225 días en completar una vuelta alrededor del Sol. Es decir, un 'díaen Venus es más largo que un 'año'.)

Venus, visto por la sonda Mariner 10 en 1974 | Fuente

Venus no fue el único planeta del que obtuvo el periodo de rotación. También en 1903 fue capaz de medir con el espectrógrafo el periodo de rotación de Marte, obteniendo un valor de 25 h 35 min. O, como él mismo admitió, “una hora más que el verdadero periodo”, puesto que desde los tiempos de Christiaan Huygens se sabe que el periodo de rotación de Marte es de 24 h 39 min. En 1911 fue el primer astrónomo en medir el periodo de rotación de Urano, aunque el resultado en esta ocasión no fue demasiado bueno: obtuvo un periodo de 10 h 50 min, cuando el valor aceptado actualmente es 17 h 14 min. Neptuno, en cambio, se resistió a su espectrógrafo, y tras varios intentos en 1912, 1913 y 1921, sus resultados fueron inconcluyentes.

Slipher acometió otros estudios espectrográficos de los planetas exteriores (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Ya en 1907 había obtenido los espectros de estos cuatro planetas, en los que detectó varias líneas espectrales que no fue capaz de identificar. Habría que esperar a 1931 para que el astrónomo Rupert Wildt confirmara que algunas de estas líneas se debían al metano y amoniaco presente en la atmósfera de estos planetas. A petición de Lowell, nuestro astrónomo buscó la presencia de clorofila en Marte, con un resultado negativo que han confirmado investigaciones posteriores.

Los espectros de los planetas exteriores obtenidos por Slipher | Fuente

En 1908 Wilbur Cogshall, el profesor que le recomendó a Lowell, se puso en contacto con Slipher para anunciarle que la Universidad de Indiana podía concederle el doctorado por sus investigaciones en el Observatorio Lowell. Slipher envió el que consideraba hasta entonces “su mejor trabajo con diferencia”, un artículo sobre los espectros de los planetas a modo de tesis. Un año más tarde, Slipher recibió su doctorado sin necesidad de haberse matriculado de nuevo o realizado curso alguno.

Otros importantes descubrimientos de este periodo están relacionados con el espacio estelar. En 1909, tras obtener el espectro de varias estrellas binarias en diversas constelaciones, Slipher se dio cuenta de que las líneas correspondientes al calcio se mantenían estacionarias, mientras que las pertenecientes a otros elementos se desplazaban debido a la rotación de las estrellas. Esto solo podía significar la existencia de calcio en el espacio interestelar, una hipótesis que ya había lanzado el astrónomo alemán Johannes Hartmann en 1904. El problema de Hartmann es que lo publicó en una oscura revista y nunca reivindicó luego su descubrimiento. Cuatro años más tarde, el astrónomo holandés Jacobus Kapteyn sugirió de forma independiente que el espacio interestelar contenía grandes cantidades de gas y predecía que este gas produce lo que llamó “líneas espaciales”, independientes del movimiento de rotación de las propias estrellas. El descubrimiento de Slipher confirmó esta hipótesis.

En 1912, Slipher fijó su atención en el cúmulo de las Pléyades. Allí encontró el espectro de una nube alrededor de la estrella Merope, que resultó ser igual que el de la estrella. Esto podía explicarse asumiendo que “la nebulosa es materia desintegrada parecida a lo que conocemos en el sistema solar, en los anillos de Saturno, cometas, etc. y brilla al reflejar la luz de la estrella.” Slipher había descubierto un nuevo tipo de nebulosas, las nebulosas de reflexión, nubes de polvo que reflejan la luz procedente de una o más estrellas cercanas.


IC 4592, la nebulosa Cabeza de Caballo | Fuente

En 1906, Lowell afirmó que un planeta desconocido, además de Neptuno, provocaba anomalías en la órbita de Urano; Lowel lo bautizó como planeta X. El millonario organizó una intensa búsqueda que, sin embargo, no dio sus frutos y se detuvo con su muerte en 1916. Más de una década después, en 1929, Slipher, por aquel entonces ya director del observatorio, retomó la búsqueda del planeta X y contrató a Clyde Tombaugh, un joven asistente de laboratorio de 24 años. Tombaugh realizó grupos de fotografía del plano del sistema solar -la eclíptica- con una separación de uno a dos semanas y buscó algo que se moviese sobre el fondo de estrellas. Este proceso sistemático obtuvo sus frutos el 18 de febrero de 1930 y confirmó que Plutón se encontraba en una posición cercana a la prevista por Lowell. Aunque Tombaugh creyó haber encontrado por fin el planeta X, la realidad es que Plutón es demasiado pequeño para tener alguna influencia sobre Urano. Décadas después, la sonda espacial Voyager 2 corrigió el cálculo de la masa de Neptuno, eliminando la necesidad del misterioso planeta X. 


Clyde Toumbagh, en faena | Fuente

Después de la muerte de Lowell en 1916, Slipher continuó realizando observaciones espectroscópicas de planetas, cometas, auroras y el cielo nocturno. Dirigió el Observatorio Lowell desde 1926 hasta 1954, donde su mayor éxito fue mantener el observatorio en marcha a pesar de la falta de presupuesto y de personal. Sin embargo, hizo poca ciencia en sus últimas décadas de vida, dedicando su tiempo y energía a la gestión del observatorio y de sus propios negocios. Se retiró el día de su 79 cumpleaños, el 11 de noviembre de 1954. Slipher siguió viviendo en Flagstaff hasta su muerte el 8 de noviembre de 1969, tres días antes de haber cumplido 94 años.


Slipher, con su sucesor Albert G. Wilson, el día de su jubilación | Fuente

Aunque recibió varios prestigiosos premios durante su vida, se puede decir que la figura de Slipher siempre ha estado infravalorada. La prematura muerte de Lowell afectó a su trabajo, pues él mismo carecía de la imaginación para innovar y necesitaba la guía de Lowell. También limitó el presupuesto del observatorio, e impidió la compra de nuevo material con el que competir con los observatorios de California (Monte Wilson y Lick). Edwin Hubble se olvidó de él en su artículo seminal de 1929 donde demostró una relación entre las distancias de las galaxias y su corrimiento al rojo (la hoy famosa ley de Hubble). A todo esto hay que sumar la naturaleza modesta y reservada del propio Slipher. Fue él mismo quien otorgó todo el crédito del descubrimiento de Plutón a su joven asistente; seguramente en otro observatorio más grande las cosas se hubiesen hecho de otra manera. 

Como botón de muestra basta leer el triste obituario (por lo breve) que le dedicó la revista Physics Today en 1970, con pequeño gazapo incluido:

Vesto M. Slipher, director del Observatorio Lowell hasta 1952 [sic], murió el 8 de noviembre a los 93 años. Slipher estuvo en el observatorio desde 1901 y se convirtió en director en 1926. Supervisó el trabajo que llevó al descubrimiento en 1930 de Plutón. Entre los honores recibidos por Slipher destacan el Premio Lalande y la medalla de oro de la Academia de Ciencias de París (1919), la Medalla Draper de la Academia Nacional de Ciencias (1932) y la medalla de oro de la Royal Astronomical Society (1932).

Sin duda, Vesto Slipher se merecía más que eso.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Kragh, Helge. Historia de la cosmología. Crítica, 2008.
  2. Sánchez Ron, José Manuel. El mundo después de la revolución. Pasado & Presente, 2014.
  3. Sing, Simon. Big Bang. Biblioteca Buridán, 2015.
  4. Hoyt, William Graves. Vesto Melvin Slipher 1875-1969. National Academy of Science, 1980.
  5. Tenn, Joseph S. What else did V. M. Slipher do? ASP Conf. Ser. 471 (2013) 235.