Si
había una charla que tenía ganas de ver este año en Naukas Bilbao 2015, esa era la de mi admirado tocayo Daniel Torregrosa, el autor del estupendo blog Ese punto azul pálido. La charla estaba
programada para la edición anterior, pero por motivos personales el
bueno de Dani tuvo que aplazarla.
Sin duda, la
espera ha merecido la pena. En menos de diez minutos, Dani rinde su personal homenaje a una humilde figura que no tiene el
reconocimiento que se merece en la historia de la Química, sobre
todo si repasamos la casi interminable lista de sus méritos. Se trata del
sueco Carl Wilhelm Scheele (1742-1786).
Carl Wilhelm Scheele | Fuente |
A
lo largo de su breve pero fructífera vida, Scheele aisló un número
impresionante de compuestos de todo tipo, desde minerales hasta
gases, pasando por ácidos orgánicos e inorgánicos. Descubrió un
buen puñado de sustancias muy útiles, como la glicerina o el
amoniaco. E intervino de manera decisiva en el descubrimiento de
varios elementos, como el oxígeno o el cloro, aunque por diversos
motivos no logró que se le reconociera el mérito de uno solo de
ellos. Ningún otro químico, antes o después de él, ha sido capaz
de descubrir e identificar una cantidad semejante de sustancias.
Y por si la charla te ha dejado con ganas de más, aquí van otros logros de Scheele que Dani no
pudo comentar por falta de tiempo, y que espero que
ayuden a comprender la verdadera dimensión de este genio de la
Química.
- Fue elegido miembro de la Academia Sueca de Ciencias en 1775, una distinción nunca concedida antes (ni después) a un ayudante de boticario.
- Descubrió la barita, el ácido sulfhídrico y el arseniuro de hidrógeno.
- Estimó correctamente el porcentaje de oxígeno que hay en la atmósfera.
- Demostró que la plombagina era básicamente carbono y obtuvo grafito a partir de él.
- Descubrió un mineral compuesto por tungstato de calcio, que más tarde fue bautizado en su honor como scheelita.
- Descubrió que el fósforo era un componente de los huesos e ideó un método para obtenerlo en grandes cantidades a partir de las cenizas de los huesos. Hasta ese momento, se utilizaba la orina como materia prima del fósforo; el cambio fue, en todos los sentidos, muy beneficioso. Poco después, el fósforo empezó a utilizarse en las primeras cerillas y, en 1855, el fabricante sueco J. E. Lundström se hizo millonario al patentar los fósforos de seguridad. Desde entonces, existe una notable industria de cerillas en Suecia.
- Scheele se dio cuenta que el cloro descoloría flores y hojas. Esta propiedad del cloro tuvo una gran repercusión comercial, pues antes se blanqueaban las prendas mediante la acción de la luz solar. Cuando el método de blanqueo se perfeccionó añadiéndole cal al cloro, el proceso completo pasó de durar varios meses a apenas unas horas. Todavía hoy sigue usándose para este fin en la industria papelera.
- En 1782, Scheele recomendó que, para la conservación del vinagre, éste fuera hervido en un recipiente cerrado al menos durante una hora para la fermentación y destrucción de los gérmenes. Así, el boticario sueco se anticipó en más de un siglo a los métodos de esterilización que propondría Pasteur a finales del siglo XIX.
Creo que después del vídeo y de todo lo
anterior podemos afirmar que Scheele fue uno de los
grandes químicos del siglo XVIII y, por qué no, de la
historia.
NOTA: Esta entrada participa en la L Edición del Carnaval de Química que organiza el blog de JEDA Granada.
NOTA: Esta entrada participa en la L Edición del Carnaval de Química que organiza el blog de JEDA Granada.