El corazón de las tinieblas. Materia y energía oscuras: los misterios del universo invisible
Autor: Jeremiah
P. Ostriker y Simon Mitton
Nº de
páginas: 390
Editorial: PASADO
& PRESENTE
Lengua: ESPAÑOL
Encuadernación: Tapa
blanda
ISBN: 9788494100895
Año edición: 2014
Sinopsis
De entre todos
los enigmas científicos que quedan por desvelar probablemente el más atractivo
y el de mayor peso filosófico sea el de la materia y la energía oscuras. Pese a
constituir la mayor parte del universo (la materia conocida sólo ocupa una
ínfima parte en comparación) los conocimientos que de ellas se tienen son aún
muy escasos. El profesor Ostriker es el mayor experto mundial en el tema y,
ayudado por la gran capacidad explicativa de Simon Mitton, han conseguido que
este libro sea a la vez considerado ya como la obra referencial en todo el
mundo para dicha investigación y una fantástica puerta de entrada al no
iniciado.
A principios
del siglo XX, la vida del físico discurría con bastante placidez. La física
estaba asentada sobre sólidos pilares; desde el movimiento de los planetas
hasta las ondas electromagnéticas, todo se explicaba por las leyes de Isaac Newton y James
Clerk Maxwell. Según el modelo cosmológico de la época, el Universo estaba
compuesto por una única galaxia, la Vía Láctea, en cuyo centro se encontraba el
sistema solar. Cierto es que todavía quedaban pendientes algunos puntos por
aclarar, pero todos confiaban en que pronto tendrían una explicación dentro del
marco de la física clásica.
No fue así;
aquello que se creían fuertes pilares resultaron ser tan endebles como un
castillo de naipes. La explicación de algunos de esos puntos oscuros –como el efecto
fotoeléctrico o la radiación
del cuerpo negro- provocó el derrumbamiento de la física clásica y el
nacimiento de una nueva física, la física cuántica. Por otro lado, el
extraordinario trabajo de Albert Einstein cambió para siempre los conceptos de espacio y tiempo, estableció la
equivalencia entre masa y energía y convirtió a la gravedad en un efecto de la
curvatura del espacio-tiempo.
Con el paso
de las décadas, también nuestra privilegiada posición en el universo sufrió un
vuelco: el Sol pasó a ser una entre los miles de millones de estrellas que
forman la Vía Láctea, que a su vez es una de las miles de millones de galaxias
que pueblan un universo en expansión. Ya lo dijo el gran Carl Sagan, la astronomía es una
lección de humildad.
Enigmas de la actualidad
Aunque
durante el siglo XX se han producido enormes avances en nuestro conocimiento
del universo, todavía son muchos los enigmas que quedan por resolver. Uno de
ellos es el que se trata en este libro de título tan conradiano. Toda la materia
ordinaria que nos rodea apenas supone el 4,9% del total que hay en el universo.
El resto se la reparten las llamadas materia oscura
y energía oscura (26,9% y 68,3%,
respectivamente). Y, aunque constituyen la mayor parte del universo, poco es lo
que sabemos sobre ellas.
Se les llama
oscuras porque no interaccionan con la luz y, por tanto, no podemos verlas
directamente. Sólo podemos observar sus efectos de forma indirecta. La
presencia de la materia oscura afecta a la velocidad de rotación de las
galaxias y a la atracción entre ellas. La energía oscura, por su parte, acelera
la expansión del universo, oponiéndose y venciendo a la fuerza de la gravedad.
Pero no
adelantemos acontecimientos. Antes de llegar hasta aquí, el libro hace un
delicioso repaso a la historia de la cosmología durante el siglo XX. Una
historia tan intensa como fascinante. Después de pasar rápidamente por los siglos
anteriores en el prólogo, el capítulo 1 empieza con las revoluciones de la
relatividad y la mecánica cuántica a principios del siglo XX que, como se
comentó al principio, son consecuencia de intentar resolver algunos problemas
físicos sin respuesta hasta ese momento. Luego se centra en las primeras
décadas del siglo XX, cuando los astrónomos, con Edwin Hubble a la cabeza, consiguieron
demostrar que el cielo estaba plagado de galaxias, muchas de ellas similares a
nuestra Vía Láctea, y que se movían unas con respecto a las otras. Esto condujo
a la teoría del Big Bang, es
decir, un universo en expansión que tuvo un origen muy violento y caliente.
Durante la segunda mitad del siglo XX se acumularon pruebas a favor del Big
Bang. Se descubrió que el cielo está inundado por una radiación de fondo de
microondas, que no es otra cosa que el calor remanente de la gran explosión. Y
se demostró que los elementos químicos más ligeros debieron originarse en un
horno cósmico a millones de grados. De esta manera, el Big Bang se convirtió en
el modelo estándar en cosmología.
Y así
llegamos al último cuarto del siglo XX, cuando se desarrollaron ideas acerca de
la formación de las galaxias y de otras estructuras cosmológicas a gran escala.
Entonces se empezó a comprender que existían dos componentes fundamentales
adicionales y bastante extraños –la materia oscura y la energía oscura-, "cuya naturaleza era desconocida pero cuya
presencia era esencial para el funcionamiento de toda la maquinaria".
Finalmente, en los dos últimos capítulos, los autores resumen el camino
recorrido y plantean algunas de las cuestiones fundamentales que todavía quedan
abiertas.
¿Qué más se
puede decir acerca del libro? Además de estar escrito con un estilo claro y
accesible, cuenta con un gran número de ilustraciones y diagramas que lo
complementan a la perfección. También tiene un glosario de varias páginas que
seguro resultará muy útil al lector no iniciado en el tema. Las referencias
bibliográficas y el índice alfabético son impecables. E incluso los lectores
más osados podrán profundizar en algunas cuestiones técnicas gracias a los dos
apéndices que hay al final del libro.
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