Este sábado 10 de diciembre la naturaleza nos brindará uno de sus espectáculos más bonitos: la Tierra se interpondrá entre el Sol y la Luna, produciendo un eclipse total de Luna. Será, además, el último eclipse de este tipo hasta abril de 2014, así que no debes perdértelo. Por desgracia, el fenómeno no lo podrán disfrutar en su totalidad los habitantes de Europa, África y América del Sur, entre los que me incluyo. Siempre nos quedará la opción de seguirlo por alguna de las webs (por ejemplo, ésta) que retransmitirá íntegro el evento en directo.
Según informa la NASA, las horas previstas para las distintas fases del eclipse son las siguientes:
Comienzo de la fase penumbral: 11:33:32 UT
Comienzo del eclipse parcial: 12:45:42UT
Comienzo del eclipse total: 14:06:16UT
Máximo del eclipse: 14:31:49UT
Fin del eclipse total: 14:57:24UT
Fin del eclipse parcial: 16:17:58UT
Fin de la fase penumbral: 17:30:00UT
Los tiempos están expresados en Tiempo Universal y hay que convertirlo a la hora local para no despistarse. Si estás en España, por ejemplo, debes sumarle una hora.
Aunque sea un eclipse total, la Luna no se oscurece por completo, sino que se tiñe de un color entre rojizo y anaranjado. El motivo es que los rayos solares, al atravesar la atmósfera terrestre, se refractan debido a las partículas de polvo que hay suspendidas e iluminan la parte posterior de la Tierra, lo que permite que veamos la Luna desde nuestro planeta con ese color. El fenómeno es análogo a lo que ocurre a diario al amanecer o atardecer, cuando el horizonte se tiñe de un color anaranjado. De hecho, el tono exacto del eclipse –de la gama entre naranja brillante y rojo sangre- dependerá principalmente del estado de la atmósfera en el momento del fenómeno. Si la atmósfera está llena de partículas volcánicas, por ejemplo, entonces la sombra será oscura. En cambio, una atmósfera limpia producirá un eclipse más brillante. Ahora mismo, la atmósfera está despejada, salvo algunos restos de volcanes recientes. Los expertos esperan que este eclipse sea naranja brillante, o incluso cobrizo.
Los afortunados que contemplen el eclipse con la Luna muy baja en el horizonte podrán disfrutar además de otro fenómeno muy curioso. Para ellos, la Luna no sólo será roja, sino también enorme. Cuando se encuentra a la altura de edificios, árboles y otros objetos de la superficie terrestre, la Luna nos parece inusualmente grande. En realidad, no es así. Su tamaño es el mismo cuando está ahí arriba que cuando se encuentra más baja; así lo han demostrado las cámaras. El culpable es nuestro cerebro, que se empeña en hacernos creer lo contrario. En mitad del cielo, el disco lunar parece más pequeño simplemente porque el escenario carece de referencias.
Todo esto y más se explica con claridad en este vídeo de la NASA, con interesante información si te encuentras en la zona visible del eclipse en Norteamérica.
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