viernes, 24 de enero de 2014

Un día con Isaac Newton

La Gran Puerta del Trinity College (fuente)

El carruaje llegó puntual a la entrada del Trinity College de Cambridge y, al bajarme, las piernas casi me fallaron. Estaba nervioso por volver a cruzar aquella puerta y reunirme con la persona que había encontrado las leyes que gobiernan los movimientos y figuras de los planetas, los senderos de los cometas y el flujo y reflujo del océano1. El gran matemático que tenía una extraordinaria herramienta para resolver cualquier problema relacionado con curvas, por muy complicado que fuese. El mismo que había propuesto una teoría un tanto extraña sobre la naturaleza de la luz, según la cual la luz blanca era la mezcla de los colores del arco iris. Eso fue hace ya varios años, cuando era casi un desconocido en los círculos científicos; hoy en día, Isaac Newton estaba reconocido como uno de los mayores genios de su época, y el más afortunado, ya que solo se puede encontrar una vez el sistema que rige el mundo2.


El caso es que me pasé un buen rato esperando en el patio central sin que Newton apareciese. Estaba ya empezando a impacientarme cuando veo pasar a lo lejos a una figura solitaria, alta y delgada. ¡Era él, Isaac Newton! No pude evitar llamarlo a gritos. Cuando se acercó y me reconoció, se me quedó mirando muy sorprendido, con los ojos bien abiertos. ¡Se había olvidado completamente de mi visita! Qué hombre más despistado. La verdad es que no debería extrañarme. Todavía me acuerdo de aquella ocasión en que Newton quiso determinar experimentalmente el tiempo óptimo de cocción de un huevo. Llenó una olla con agua y la puso al fuego. Cogió un huevo con una mano y sacó su reloj de bolsillo con la otra, dispuesto a cronometrar lo que tardaba el huevo en cocerse. Al cabo de un rato, se dio cuenta de que lo que estaba observando atentamente en su mano era el huevo, mientras que su querido reloj hervía en el agua sin remisión3.

Después de un breve saludo y un intercambio de palabras bastante formal, fuimos a sus habitaciones, en la primera planta de una casa situada entre la Gran Puerta y la Capilla. Humphrey Newton, su asistente, (quien, por cierto, no guardaba ningún parentesco con él), ocupaba una de esas habitaciones, mientras que él dormía en otra. No siempre fue así: Newton -el científico- estuvo muchos años compartiendo habitación con otros compañeros, como ocurre con cualquier recién llegado al Trinity College. Pero con el paso de los años su estatus social fue subiendo: en 1669 obtuvo la cátedra Lucasiana de matemáticas y en 1672 fue elegido miembro de la Royal Society. Estos méritos le permitieron trasladarse en 1673 a esta casa. 

El Trinity College, en 1690 (fuente)

Las habitaciones eran bastante austeras, apenas unos muebles básicos y poco más. Aunque uno siente un escalofrío al pensar que ahí se escribió la obra más grande que se conoce, los Philosophiae Naturalis Principia Matematica (Principios Matemáticos de Filosofía Natural), conocido simplemente como los PrincipiaDividida en tres libros, Newton dedicó el primero al movimiento de los cuerpos en el vacío y el segundo al movimiento en medios que oponen resistencia, como el aire o el agua. El tercer libro abordaba nada menos que el “Sistema del Mundo”, en el que aplicaba sus leyes del movimiento a los cuerpos celestes, como la Luna. La guinda de los Principia estaba en el anexo, donde Newton presentó su método de las fluxiones, una herramienta matemática fundamental que había desarrollado hacía muchos años y que por fin se había atrevido a publicar. 

El libro tuvo unas ventas más que aceptables, aunque también hay que admitir que no era una lectura fácil. Estaba escrito en latín y era muy denso. Se cuenta que un estudiante de Cambridge, cuando se cruzó con Newton por los pasillos de la Universidad, dijo “allí va el hombre que ha escrito un libro que nadie comprende4.


La portada de los Principia (fuente)

Salimos de las habitaciones y observé que, pegado a una ventana, Newton tenía un flamante ejemplar de su telescopio reflector que había revolucionado la astronomía. La teoría de la luz de Newton afirmaba que la luz blanca no era pura ni simple, sino que estaba formada por rayos de distintos colores, que se desviaban de diferente manera cuando atravesaban un prisma. Este descubrimiento le había permitido realizar un extraordinario avance técnico. Por aquel entonces, los telescopios se construían con lentes. Como los distintos tipos de luz se refractaban de manera diferente, no había una lente capaz de recoger todos los rayos en un solo punto. Esto suponía una importante limitación en la calidad de la imagen de estos los telescopios. Newton se dio cuenta de que una manera más eficaz de enfocar la luz y formar las imágenes en un telescopio sería utilizar espejos en lugar de lentes, puesto que un espejo refleja los distintos tipos de luz de la misma forma. En 1671 construyó uno, que fue el que le abrió las puertas de la Royal Society y le sirvió de tarjeta de presentación a la comunidad científica.


Réplica del telescopio que Newton presentó a la Royal Society en 1672 (fuente)

Justo al lado del telescopio empezaba una escalera que se dirigía la planta baja. "¿Adónde conduce?" pregunté a Newton señalando la escalera. "Sígueme", me respondió, al mismo tiempo que empezaba a bajar por ella. Así llegamos a una logia de madera, por la que se accedía a un enorme jardín privado, completamente aislado del exterior. A la derecha, según se salía de la logia, y enfrente se encontraba el alto muro de piedra que llegaba hasta la Gran Puerta. En el otro lado, la pared lateral de la Capilla cerraba el cuadrado que se formaba con la casa de Newton. Era el escenario ideal para que el científico inglés, celoso de su intimidad, pudiera desarrollar sus investigaciones a salvo de la mirada indiscreta de sus vecinos.


Detalle del grabado anterior, con el jardín de Newton en la parte inferior

En una esquina del jardín, pegado a la Capilla, Newton había instalado su propio laboratorio, equipándolo con todo lo necesario para realizar sus experimentos: un horno de ladrillo –que él mismo construyó-, aparatos tales como tubos de ensayo, alambiques, embudos, crisoles, y, por supuesto, materiales, como metales -antimonio, bismuto, hierro, cobre y plomo- y otros reactivos -ácido sulfúrico, ácido nítrico, bentonita y sulfato de cobre (II), comúnmente llamado vitriolo azul-. Una bomba de agua cerca de las escaleras de acceso al jardín proporcionaba a Newton el agua para sus experimentos. 

Los experimentos alquímicos de Newton sobre la transmutación de metales (la transformación de un elemento en otro) eran mucho más que una simple afición. Aprovechando uno de los habituales momentos de abstracción de Newton, su asistente me confesó que estos experimentos le ocupaban la mayor parte de su tiempo, con mucha satisfacción y placer. Que Newton “raramente se acostaba antes de las dos o tres de la mañana, a veces no antes de las cinco o seis, descansando apenas durante cuatro o cinco horas”. Este duro ritmo de trabajo aumentaba al acercarse los equinoccios de primavera y otoño, épocas en las cuales los experimentos eran más propicios según la tradición alquímica. Entonces Isaac permanecía ocupado en su laboratorio seis semanas seguidas, manteniéndose el fuego del horno encendido día y noche sin interrupción.

Todos los experimentos de Newton debieron realizarse con la más absoluta discreción, pues yo jamás había escuchado hablar de ellos. Desde luego, tenía un motivo de peso para ello, pues la práctica de la alquimia había sido delito durante muchos años. Ya se sabe aquello de que, según la alquimia, cualquier metal podría convertirse en oro con la ayuda de la piedra filosofal, el mítico ingrediente que también sería capaz de curar enfermedades y hasta otorgar la inmortalidad. El caso es que, en 1404, el rey Enrique IV había prohibido “multiplicar el oro o la plata”, lo que equivalía a impedir la alquimia, seguramente por miedo a las falsificaciones. Cuando esta ley fue abolida en 1689, Newton era ya un personaje famoso en los círculos intelectuales de Inglaterra. Aunque no era el único científico que practicaba la alquimia, el carácter reservado de Newton le inclinó a seguir guardando el secreto y protegiendo su imagen, tal y como había hecho durante los últimos veinte años.


El alquimista, en busca de la piedra filosofal, descubre el fósforo y ruega por el éxito y la conclusión de su obra como era la costumbre de los antiguos astrólogos alquimistas (Joseph Wright of Derby, 1771) | Fuente

La relación entre Newton y la alquimia terminó de forma trágica. En la primavera de 1693 un incendio destruyó su laboratorio, y con él buena parte de sus apuntes alquímicos. Al parecer fue causado por su perro Diamond, quien tiró una vela encima de unos papeles. Newton lo quería tanto que apenas fue capaz de recriminarle la acción diciéndole "Oh, Diamond, Diamond, qué poco sabes lo que has hecho!5. Afectado seguramente por este accidente, Newton cayó gravemente enfermo ese mismo verano. De acuerdo con el diagnóstico médico, sufrió una depresión nerviosa acompañada de delirios y melancolía. Se enfrentó con varios amigos acusándoles sin motivo. Apenas podía dormir por las noches y era incapaz de concentrarse. Es posible que la enfermedad fuese producida por un envenenamiento de metales durante el incendio. El caso es que no se recuperó hasta finales de ese mismo año. Y yo diría, después de conocer este desgraciado episodio, que todavía hay un rastro de tristeza en su mirada.


Escena del incendio en el laboratorio (fuente)

Ya se había hecho tarde, y era el momento de partir. Quedaba un largo viaje de vuelta hasta Londres. Me acerqué a Newton y le estreché la mano.

- Un placer volver a verte y que hayamos compartido este día, Isaac. Espero que pienses mi oferta y me responda cuanto antes.
- Así lo haré, Charles (Montagu).
- Y recuerda que no te estoy ofreciendo el cargo de interventor de Mr. Hoare, recientemente fallecido, sino el de director. Aunque me cuesta creer que seas capaz de dejar Cambridge y el mundo académico.
- Lo tengo casi decidido.

Era el 19 de marzo de 1696. Menos de una semana después, el 25 de marzo de 1696, Isaac Newton firmaba su nombramiento como Director de la Casa de la Moneda.


Vista aérea de la Torre de Londres, sede de la Casa de la Moneda en la época de Newton (fuente)


NOTAS:
  1. Extraído de su epitafio en la tumba de la Abadía de Westminster, que dice "Aquí descansa Sir Isaac Newton, Caballero que con fuerza mental casi divina demostró el primero, con su resplandeciente matemática, los movimientos y figuras de los planetas, los senderos de los cometas y el flujo y reflujo del Océano. Investigó cuidadosamente las diferentes refrangibilidades de los rayos de luz y las propiedades de los colores originados por aquellos. Intérprete, laborioso, sagaz y fiel, de la Naturaleza, Antigüedad y de la Santa Escritura, defendió en su Filosofía la Majestad del Todopoderoso y manifestó en su conducta la sencillez del Evangelio. Dad las gracias, mortales, al que ha existido así, y tan grandemente como adorno de la raza humana. Nació el 25 de diciembre de 1642; falleció el 20 de marzo de 1727". 
  2. El matemático y físico francés Joseph Louis Lagrange (1736-1813) dijo en cierta ocasión: "Newton fue el más grande genio que ha existido, y también el más afortunado, pues solo se puede encontrar una vez un sistema que rija el mundo"
  3. Popular Astronomy: a General Description of the Heavens, Camille Flammarion (1884), traducción de J. Ellard Gore (1907), 93. 
  4. Isaac Newton and the Scientific Revolution, Gale E. Christianson (Oxford, 1996), 83.
  5. The life of Sir Isaac Newton, Sir David Brewster (Nabu Press, 2011).
BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL:
  1. Isaac Newton: una vida, Richard Westfall (ABC, 2004).
  2. Newton, profeta y alquimista, Joaquim Fernandes et al (Esquilo, 2008).
  3. Las aficiones ocultas de Isaac Newton, Daniel Martín, ¿Cómo ves? nº 127.
  4. El genio de Sir Isaac y la naturaleza de la luz en Stringers.

jueves, 9 de enero de 2014

Némesis, la estrella de la muerte

(Esta entrada se publicó primero en el número 8 de la revista Buk Magazín, que puedes leer online.)

Fuente

Esta historia comienza en 1982, cuando los paleontólogos David Raup y Jack Sepkoski publicaron un controvertido artículo donde afirmaban tener pruebas de que las extinciones en masa en nuestro planeta ocurren a intervalos regulares de 26 millones de años. La conclusión era extraordinaria, puesto que las extinciones en masa deberían suceder al azar, sin un patrón fijo. Por ejemplo, hoy sabemos que hace unos 65 millones de años, durante el periodo Cretácico, el impacto contra la Tierra de un enorme cometa acabó con todas las especies de dinosaurios y muchos otros seres vivos. Pero de ahí a admitir que cometas o meteoritos chocan contra la Tierra regularmente cada 26 millones de años, hay un abismo.
Supongamos por un momento que Raup y Sepkoski tuvieran razón. En tal caso, ¿qué mecanismo podría hacer que las extinciones fuesen periódicas? Esta misma pregunta se hizo el físico Richard A. Muller en 1984, y su respuesta fue tan sorprendente como inquietante. Según Muller, el Sol tendría una estrella que lo acompaña, formando lo que se conoce como un sistema binario. Su órbita sería enormemente alargada, de unos 1,5 años luz (casi 19 billones, con b, de kilómetros), de tal manera que se acercaría al Sol cada 26 millones de años. En cada nueva visita, la estrella perturbaría la llamada nube de Oort, una zona situada en los límites del Sistema Solar y que está compuesta por una infinidad de cometas, vestigios de la época en que se formaron los planetas hace unos 4.500 millones de años. La perturbación provocaría una lluvia de estos objetos celestes, con efectos catastróficos sobre la Tierra. Esta hipotética estrella fue bautizada por Muller como Némesis, por la diosa griega de la venganza que castigaba a los arrogantes y desobedientes.
En realidad, la hipótesis de Némesis no tiene nada de extraño. Más de la mitad de las estrellas que conocemos no están solas, sino que vienen en grupos de dos o más. Las estrellas binarias, o estrellas dobles, están formadas por dos estrellas que giran una alrededor de la otra, unidas por la atracción de la gravedad. Cuanto mayor es la diferencia de masa entre ambas, menos se mueve la más masiva y más larga es la órbita de la más ligera. En ese sentido, se puede decir que el Sol es una rareza. ¿Es de verdad una estrella solitaria? ¿O es que su compañera es tan pequeña y su órbita es tan alargada que no se ha detectado hasta ahora?
A pesar de los esfuerzos de los astrónomos, lo cierto es que nadie ha sido capaz de encontrar una posible candidata para el papel de Némesis. Quizás sea una enana marrón o una enana roja, tipos de estrellas que apenas tienen combustible para emitir un brillo muy tenue, lo que dificultaría enormemente su detección. También podría ser que la órbita de Némesis fuese inestable, y cualquier pequeña perturbación la haya apartado de la misma, alejándola para siempre de su compañera –y de nosotros. O simplemente nunca existió, y las razones para esa aparente periodicidad de las extinciones masivas hay que buscarlas en otra parte.
Esto es lo maravilloso de la ciencia. Aunque una teoría pueda encajar con la realidad, eso no es suficiente para que sea cierta. A falta de pruebas sólidas, la hipótesis de Némesis, por muy fascinante que resulte, no deja de ser eso, una hipótesis.


lunes, 6 de enero de 2014

Sigue al minuto la XLVIII Edición del Carnaval de la Física


Como espero que ya sepáis, este blog tiene el honor de ser el anfitrión de la XLVIII Edición del Carnaval de la Física, que durará hasta el sábado 25 de enero. Y como viene siendo costumbre en estas ocasiones, vamos a recopilar en esta entrada todas las aportaciones que se vayan realizando. No será un resumen como tal, porque para eso habrá que esperar al día 30, pero sí incluiré un enlace a cada entrada participante; así el que quiera pueda ir leyendo las entradas. Intentaré respetar el orden cronológico en que el bloguero comunique su participación y actualizar esta entrada, por lo menos, cada día a última hora (sí, el título era solo para llamar la atención).

Aprovecho la ocasión para recordar que el Carnaval de la Física es una iniciativa de Gravedad Cero para que los blogueros interesados escriban artículos divulgando la física de la forma que consideren más conveniente. El único requisito es que aparezca en la entrada el enlace al blog anfitrión, en este caso La Aventura de la Ciencia, indicando que participa en la XLVIII Edición del Carnaval de la Física.  

Una vez publicada la entrada debes comunicarlo de alguna de las siguientes maneras. Puedes anunciarlo en el grupo de Facebook del Carnaval de la Física (es un grupo abierto), o ponerte en contacto conmigo vía Twitter, mandándome un tuit a @monzonete junto con el enlace de la entrada que participa. Otra opción es enviarme un email a la dirección dmartinreina[arroba]gmail.com.

Dicho esto, dejo paso a los protagonistas.
  1. El kilómetro, la milla y el castañazo del MCO en Vega 0.0.
  2. Satyendra Nath Bose en ZTFNews.
  3. Heinrich Rudolf Hertz (1857-1894) en ZTFNews. 
  4. Los perros son sensibles a pequeñas variaciones del campo magnético de la Tierra en ZTFNews.
  5. La física y las matemáticas de Papá Noel en ZTFNews.
  6. El genio de Sir Isaac y la naturaleza de la luz en Stringers.
  7. La historia del término fotón en La Ciencia de la Mula Francis.
  8. ¿Conoces a este físico? en El mundo de las Ideas.
  9. El ascensor espacial en Cosmos-El Universo.
  10. Los de "Ciencias" también sabemos apreciar la belleza de las cosas en Bitácora de un profesor de ciencias.
  11. ESTO, Y AQUELLO, A LA VEZ en Ciencia y Lógica son suficientes.
  12. La gravedad y la cola del supermercado en moles de química.
  13. Cómo derribar a una persona... ¡a gritos! en El Tercer Precog.
  14. El lado débil de la física (I): el inicio en El zombie de Schrödinger.
  15. Atrapando fotones. Astrofotografía lunar en Activa tu Neurona.
  16. Física en la cultura popular en Meditaciones Dactilares.
  17. Vórtices polares en el Sistema Solar en Astrofísica y Física.
  18. Understand Music en ZTFNews.
  19. Insectos, ciencia ficción y caprichos de la física en Vida y Estrellas.
  20. Newton, Leibniz y el cálculo infinitesimal en Acelerando la Ciencia.
  21. Un cinturón de asteroides muy holgado en El neutrino.
  22. Algunos misterios que todavía guardan los cometas (y que quizás no conozcas) en Eureka.
  23. SOBRE LAS MEDICIONES Y SUS CONSECUENCIAS DETERMINISTAS en Ciencia y Lógica son suficientes.
  24. UN MOTIVO DE INCERTIDUMBRE: UN ASUNTO INDISCUTIBLE en Ciencia y Lógica son suficientes.
  25. Maria Goeppert-Mayer: La belleza de Göttingen en Los Mundos de Brana.
  26.  Ring, ring...¿está Reis? en ZTFNews.
  27. El hombre que congeló flores y lo publicó en Nature en SCIENTIA
  28. Los hielos de amoniaco en Experientia docet.
  29. Por qué no se debe jugar con una calabaza de Halloween mientras practicas paracaidismo en El Tercer Precog.
  30. Supermán ecológico y sostenible en Meditaciones Dactilares.
  31. Kerbalventuras: un ¿fallido? viaje a la Luna en Stringers.
  32. Ralph H. Fowler (1889-1944) en ZTFNews.
  33. Peter Mark Roget, ¿precursor del cine? en ZTFNews.
  34. Kaluza y la quinta dimensión en ZTFNews.
  35. Newton y sus manzanas en Cuantos y cuerdas.
  36. Primera observación científica de un rayo globular en El neutrino.
  37. El mortal que más nos acercó a Isaac Newton en Los Mundos de Brana.
  38. A temperie dun ano segundón en Física e Química en Ribadeo.
  39. El péndulo de la muerte: ¿ficción o realidad? en El Tercer Precog.
  40. Una lección de física arrugando un papel en El zombie de Schrödinger.
  41. Clotoide, la curva que vela por tu seguridad en carreteras y ferrocarriles en Cifras y teclas.
  42. Un día con Isaac Newton en La Aventura de la Ciencia.
  43. Un universo en el filo de la navaja [Charla TED] en Ese punto azul pálido (Pale Blue Dot).
  44. Monet lo pintó el 5 de febrero de 1883 a las 16:53 en ZTFNews.
  45. 2 formas para capturar un relámpago para siempre en El Tao de la Física.


sábado, 4 de enero de 2014

Presentación de la XLVIII Edición del Carnaval de la Física


Tal día como hoy, hace 371 años, nacía un niño en la mansión de Woolsthorpe, situada cerca del pueblo de Colstenworth, siete millas al sur de Gratham, en el condado de Lincolnshire, Inglaterra. Eran las primera horas del día de Navidad, según el calendario juliano, pero debido a que Inglaterra todavía no había adoptado el calendario gregoriano (lo consideraban una muestra de la superstición papista), antes de 1700 mantenía un desfase con el continente de diez días, que fueron once a partir del 28 de febrero de 1700, ya que Inglaterra trató aquel año como bisiesto. Es decir, antes de 1700, el 1 de marzo en Inglaterra era el 11 de marzo en Europa, y el 12 de marzo después de 1700. Por eso, aquel glorioso 25 de diciembre de 1642 se correspondió en el continente con el 4 de enero de 1643.

La familia paterna del niño era de origen humilde, aunque las últimas generaciones habían prosperado, consiguiendo elevar su estatus de simples labradores a pequeños terratenientes. Lo que no habían logrado era tener una educación formal: ninguno de ellos, hasta entonces, había sido capaz de escribir su propio nombre. Del padre de la criatura se decía que era "un hombre inculto, extravagante y débil". Por suerte para su descendencia, se casó con Hannah Ayscough, que además de venir de una familia acomodada, aportó algo tanto o más importante que la riqueza: educación y cultura.

El padre nunca llegó a conocer a su hijo, pues desgraciadamente murió tres meses antes de su nacimiento por causas que se desconocen. Al menos se ahorró el sufrimiento de ver nacer a su bebé de forma muy prematura, hasta el punto que nadie pensaba que pudiera sobrevivir. Cabía una jarra de cuarto (equivalente a poco más de un litro) y estaba tan débil que debía llevar un collarín alrededor del cuello para mantenerlo entre los hombros. Todos estaban tan convencidos del fatal desenlace que, cuando se enviaron a dos mujeres a lady Pakenham, de North Witham, en busca de ayuda, éstas se sentaron en la valla del camino y dijeron que no tenía sentido correr mucho, ya que estaban seguras de que el niño estaría muerto cuando regresaran.

Todo indica que su vida estuvo pendiente de un hilo al menos una semana. Pero, contra todo pronóstico, el niño sobrevivió. Fue bautizado el 11 de enero de 1643. Y lo llamaron como su padre, Isaac Newton.

El resto es historia.

Fuente

La mayoría de los datos de esta breve narración del nacimiento de Isaac Newton están sacados de la biografía Isaac Newton: una vida, escrita por Richard Westfall, un fabuloso libro que recomiendo a todo el que no lo haya leído. Aprovechando el aniversario "europeo" del nacimiento del científico más grande de la historia -en mi modesta opinión-, he pensado que sería una buena introducción para la XLVIII Edición del Carnaval de la Física.

Pues sí, parece que fue ayer, pero ya han pasado casi tres años desde que este blog tuvo el honor de albergar por primera vez el Carnaval de la Física en mayo de 2011. Ahora por fin tengo la suerte de empezar el 2014 de la mejor manera posible, con la vuelta del decano de los carnavales a la que es y siempre será su casa. 

Como seguramente ya sepáis (y tampoco está de más volver a recordar), el Carnaval de la Física es una iniciativa de Gravedad Cero que, desde noviembre de 2009, recoge todos los meses las participaciones de los blogueros interesados. El objetivo es dar a conocer la física en cualquiera de sus facetas, de forma amena y divulgativa, a ser posible.


¿Qué es lo que hay que hacer para participar? Lo más sencillo es publicar una entrada en vuestro propio blog. El formato de la entrada es libre, por lo que no es necesario escribir un artículo científico; también se puede participar comentando una película, subiendo una imagen o hablando de un libro, siempre que tenga alguna relación con la física. El único requisito es que indiques en la entrada que participa en la XLVIII Edición del Carnaval de la Física y enlazar también con la página que lo alberga en esta edición, es decir, La Aventura de la Ciencia. Y si no tienes un blog, no pasa nada. Como buen anfitrión te cedería el mío para que publiques en él tu entrada. Solo tienes que decirlo.

El anfitrión también puede proponer un tema como hilo conductor de la edición que, por supuesto, no será vinculante.  En este caso, y después de haber visto la introducción, no creo que os sorprenda si os digo que el tema en cuestión es Sir Isaac Newton. Aunque mucho es lo que ya se ha escrito sobre él, os animo a que, si tenéis alguna entrada en borradores, si os habéis dejado en el tintero algo sobre su figura, este mes es el momento de contarlo.

Una vez publicada la entrada es conveniente que el anfitrión, que soy yo, se entere. Puedes  hacerlo de estas tres maneras:

  • Anunciándolo en el grupo de Facebook del Carnaval de la Física (es un grupo abierto).
  • Vía Twitter, mandándome un tuit a @monzonete junto con el enlace de la entrada que participa.
  • Enviándome un email a la dirección dmartinreina[arroba]gmail.com.

Os recuerdo que, de acuerdo con las reglas del Carnaval de la Física, no se admite como válido dejar un comentario en el blog del anfitrión. Las aportaciones que lleguen así no se tendrán en cuenta en la edición del Carnaval de la Física.

El plazo para publicar las entradas empieza con carácter retroactivo el 1 de enero y termina el 25 de enero. A partir de entonces, me pondré a recopilar todas las que hayan participado (espero que sean muchas) y el día 30 de abril publicaré una lista de las entradas participantes, ordenadas según la fecha de recepción, y con un breve resumen de cada una.

Eso es todo. En los próximos días publicaré una entrada donde se incluirán todas las aportaciones que vayan llegando a la presente edición del Carnaval de la Física. ¡Cuento contigo!


jueves, 2 de enero de 2014

Resumen de la XXVII Edición del Carnaval de Biología


Dice el dicho popular que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". No ha sido el caso de la XXVII Edición del Carnaval de Biología, que además de haber sido muy buena, se ha extendido durante los meses de Noviembre y Diciembre, el doble de lo habitual.

Pero todo lo bueno se acaba y ya ha llegado el momento de echar la persiana a la presente edición.  Y lo primero que me pide el cuerpo es daros las gracias de todo corazón, a todos los que habéis participado, por haber compartido vuestros conocimientos de biología. Han sido un total de 37 entradas desde 24 blogs distintos, tocando una gran variedad de temas y todas ellas de una enorme calidad. Mención especial para Marta Macho y Manuel Sánchez que, con seis y cinco entradas respectivamente, han sido los más prolíficos. No me esperaba menos de vosotros, ;-)

Sin más dilación, os dejo ya con el resumen de las entradas participantes:

  • Iones para la paz...interior. Dolores Bueno desmonta, punto por punto, la patraña de los iones. Que sí, que pueden ser buenos para la salud. Pero no como nos los quieren vender. Si es que no hay nada como aplicar un poco de ciencia...

  • Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo 2013. Marta Marcho nos recuerda que cada 10 de noviembre se celebra Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. El tema de este año es "Ciencia para la cooperación del agua: el intercambio de conocimientos, datos e información".




  • Solo sé que no sé nada. Una lúcida reflexión de Mónica Chagoyen sobre la investigación científica y cómo deja al descubierto nuestras limitaciones.

  • Las sustancias químicas que nos rodean. Sergio Pomares nos ofrece una clase magistral sobre los xenobióticos, aquellas sustancias químicas ajenas a nuestro organismo que no poseen una función biológica endógena.


  • ¿Nuestros genes nos hacen únicos? La comprensión de nuestro ADN sigue siendo uno de los retos de la ciencia. Como nos explica José Luis Moreno, una reciente investigación pone de manifiesto cómo la activación de tramos de ADN parecidos en dos especies distintas puede dar lugar a resultados muy diferentes.


  1. Nuestros recursos son limitados. Desde CEA nos recuerdan la delicada situación del medio ambiente en nuestro planeta y nos animan a poner nuestro granito de arena con algunas sencillas ideas.


  • Esos pequeños astrónomos...los escarabajos. David Ballesteros nos habla de una investigación que ha demostrado que los escarabajos peloteros usan la luz de la Vía Láctea para orientarse de noche. ¿No es increíble?








  • Un experimento de 25 años (primera parte). Manuel Sánchez participa de nuevo para explicarnos en esta ocasión el experimento evolutivo de Richard Lenski, que dura ya un cuarto de siglo y que todavía no ha terminado.


  • Chusques y ratadas. Germán Fernández nos explica cómo la floración de ciertas especies de plantas pueden provocar un crecimiento desorbitado en la población de roedores.

  • La leyenda de los pinzones de Darwin. Francis Villatoro nos recuerda que los pinzones de las Galápagos no tuvieron nada que ver con el origen de la teoría de la evolución de Darwin.



  • Cocodrilos que cazan con cebo. Dos especies de cocodrilos, de distintos continentes, usan ramas a modo de cebo para atraer a sus víctimas. Como dice su autor, Germán Fernández, el reino animal no deja de sorprendernos.


  • Una nueva especie de tapirGermán Fernández nos anuncia el descubrimiento de una nueva especie de tapir, la más pequeña de las cinco que ahora mismo se conocen, y que habita en la zona del Amazonas.

  • Arquitectura de un virus del sida. Tres décadas después de su descubrimiento, cada vez conocemos más detalles sobre el virus del SIDA. Desde Flagellum nos lo explican en esta interesante entrada.

  • Homeopatía: #NoSinEvidencia. Justo Giner se suma a la iniciativa en contra de la aprobación de la homeopatía sin demostrar su efectividad. Parece una petición muy razonable, y sin embargo...

  • Un jardín de letras. Marta Macho nos presenta esta exquisita tipografía formada por hielo, flores, hojas, ramas y flores silvestres

  • Cuando lo natural funciona. Como nos recuerda sabiamente José Manuel López Nicolás, los llamados productos naturales pueden ser muy saludables, siempre que su principio activo así lo demuestre científicamente.
 





Eso ha sido todo. Como dije en la presentación, estoy muy contento de haberme quitado la espina que tenía clavada con este carnaval, del que todavía no había podido ser el anfitrión. Me ha faltado tiempo para añadir el banner del Carnaval de Biología al menú lateral del blog. 

Me despido de vosotros no sin antes recordaros que la XXVIII Edición del Carnaval de Biología se albergará durante el mes de enero en el blog Vida y Estrellas de David Ballesteros. Allí nos vemos.

¡Que no pare la fiesta! ¡Que no pare el Carnaval!